Biblioteca de la Guitarra y Cuerda Pulsada

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Autor: Desconocido

El fandango en el flamenco

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José Blas Vega, al tratar el origen del término "fandango" dice lo siguiente: "Según el diccionario etimológico de Corominas, el origen de la palabra fandango es incierto; probablemente se derive del vocablo portugués "fado", que sirve para designar un canto y baile típico. Los trabajos de varios musicólogos, recogidos en la Enciclopedia de la Música de Lavignac coinciden al emplear esta palabra como genérica denominación de un aire de danza española de tres por cuatro, de vivo movimiento, dentro del cual pueden afiliarse malagueñas, rondeñas, granaínas y murcianas, poco diferentes entre sí."

Por lo general se admite el origen árabe del fandango tradicional, por su semejanza con la danza arabigo-andaluza y las jarchas mozárabes. Después se fue propagando y aclimatando a las demás regiones españolas, adquiriendo así perfiles propios. Es este modo el fandango morisco se fue transformando en jotas, muñeiras, alboradas... etc.

Por otra parte, el Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española, de 1732, le asigna al fandango una influencia americana, al decirnos que "es un baile introducido por los que han estado en los reinos de las indias, que se hace al son de un tañido muy alegre y festivo".

Del fandango flamenco se tienen noticias hacia 1870, y se supone que nace en Andalucía de la mezcla del fandango folclórico o tradicional, a que anteriormente nos hemos referido, con los cantes flamencos que se realizaban en Andalucía por esa época. El ambiente andaluz de finales del siglo XIX, que coincide con el nacimiento y proliferación de los cafés cantantes, fue el entorno ideal para que en Andalucía naciera su propio fandango, el fandango flamenco.

El fandango es uno de los estilos fundamentales del flamenco, no sólo por lo que el propio fandango como estilo representa, sino porque ha sido tronco del arbol, cuyas ramas constituyen otros cantes que han fijado personalidad dentro marco del cante flamenco, como son la malagueña, granaína, taranta, minera..., que, con base en el flamenco, se constituyeron en estilos propios. La copla del fandango flamenco consta de cuatro o cinco versos octosílabos, que en ocasiones se convierten en seis por repetición de uno de ellos.

Para estudiar el fandango, y todos aquellos cantes derivados del mismo a que nos hemos referido, conviene efectuar una clasificación de estos cantes, de acuerdo con su aparición histórica. Y así tendremos:

  1. En primer lugar los fandangos de tipo comarcal o local.

  2. Después fandangos que se transformaron en un estilo de flamenco específico

  3. Finalmente fandangos de creación personal o artístico.

Entre los fandangos comarcales o locales más conocidos pueden citarse los siguientes:

Fandangos verdiales
Es un fandango malagueño que ha tenido mucha difusión. Surgieron de un verdial folclórico y tiene una amplia zona de influencia, que se extiende de Vélez Málaga a Marbella, Lucena y Baena, llegando su irradiación hasta otros puntos de Andalucia, como la capital granaína y toda la zona minera del este, como La Unión (Murcia), Linares (Jaén).

Su nombre viene de que nacieron como cante en un caserio pequeño de esa denominación, situado en el partido judicial de Torrox, en el oriente de la provincia de Málaga.

Es un cante rural, que se acompaña al baile, y se realiza con un marcado carácter colectivo. Su acompañamiento de guitarra, laud, violín, castañuelas y pandereta pertenece al ámbito puramente folclórico, anterior a la época de su influencia por el flamenco, momento en el que nace la versión puramente flamenca del fandango por verdiales.

Puede considerarse la más primitiva forma que se conserva del fandango andaluz. No obstante, no fue interpretado por las principales figuras del flamenco hasta tiempos muy recientes. Se citan como cantaores que cultivaron este estilo a Cayetano Muriel, El Cojo de Málaga, Escacena, Centeno, Frasquito Yerbabuena... y posiblemente Juan Breva.

Según Molina y Mairena, los verdiales actuales presentan tres formas. La de tipo A puede ser representada pot la siguiente letra:


De los verdiales vengo

yo vengo de los verdiales...


La modalidad B es el tipo de verdial que más frecuentemente se suele cantar. La copla se inicia así:

Dos águilas imperiales

tiene el Rey en su bandera...


o bien, esta otra:


Hay una laguna clara

entre Córdoba y Lucena...

La variante C es menos conocida, aunque se conserva en las comarcas de Baena, Puente Genil y Antequera, y su letra representativa es la siguiente:


En "criticá" y "murmurá"

el tiempo que tú has "jechao"...


Los tonos son distintos en los tres verdiales citados. La variante C se canta en tono grave. Las otras dos se cantan en tonos agudos.

Fandango de Lucena
En la provincia de Córdoba el fandango más conocido es el de Lucena. Aunque es un fandango de este pueblo cordobés, está emparentado con el estilo de los verdiales, por lo que podria agruparse con los fandangos de Málaga.

Según Molina y Mairena, dos son los fandangos de Lucena que se conocen: Uno que fue difundido por Cayetano Muriel y otro, muy apegado al estilo verdial, que fue interpretado por Escacena y "La Niña de los Peines". El primero es la variante debida a Rafaelillo Rivas y la segunda es la variante de Dolores de la Huerta.

Como modalidad de este fandango de Lucena, los autores citados anterormente señalan los "zánganos" de las huertas del Genil y los fandangos de Herrera.

Fandangos de la provincia de Granada
Las especies más conocidas de fandangos granaínos son el fandango de Peza y el de Guejar Sierra.

Los fandangos de Peza fueron muy populares en el último tercio del siglo XIX. Se ha dicho de ellos que son valientes y adruptos.

Fernando el de Triana se refiere a ellos y cita el nombre de una cantaora, natural de aquel pueblo, que actuó en Sevilla. Al parecer debutó con la siguiente letra:


Soy de la Peza, peceña;

de los montes, montecina;

y para servir a ustedes

soy de graná, granaína...


El fandango de Guejar Sierra es de sabor folclórico, que se canta por turnos, y recuerda a las serenatas de los pueblos. A veces se presenta en forma de ronda.

Fandangos de Huelva
La provincia de Huelva es uno de los lugares en donde más ha arraigado el fandango. Tan cierto es esto que bastantes pueblos de esta provincia poseen un estilo (o más de uno) diferenciado de fandango. Ello no quiere decir que cada pueblo onubense renga su fandango, como a veces se ha afirmado. Es más, se ha dado el caso en que se han citado pueblos de esta provincia, adjudicándole fadango propio, cuando en realidad no era cierto.

Los pueblos de Huelva con fandango propio están situados en dos comarcas determinadas: La Sierra de Huelva y el Andévalo. En la Sierra de Huelva, son los pueblos de Encinasola y Almonaster la Real los que tienen fandango propio, y en la comarca del Andévalo tienen fandango los pueblos de Alosno, el Cerro de Andévalo, Cabezas Rubias, Santa Bárbara de Casa, Calañas, Zalamea la Real, Minas de Riotinto y Valverde del Camino.

En el ámbito del flamenco decir Huelva es pensar en el fandango. La importancia de este estilo en dicha provincia, y en el flamenco en general merece un tratamiento exclusivo, separado del estudio general del fandango.

El fandango de Almería
Rafael Molina y Antonio Mairena opinan que el fandango de Almería "marca el minimun flamenco y el máximun folclórico". Según los citados autores "está más cerca de las jotas, de las sardanas o de las seguidillas manchegas que de la soleá o de la seguiriya gitana: Es puro cante regional bailable".

Su razón de ser era acompañar al baile. En consecuencia, llevaba anejo una casi total ausencia de cantaores, y entre los cantaores de este fandango pueden citarse a "Rojo el Alpargatero" y a "Pepe el Marmolista".

Actualmente se oye poco este fandango.

Fandangos que se transforman en estilos flamencos específicos
Existen una serie de estilos flamencos que se suelen denominar, no siempre acertadamente, bajo las etiquetas de "Cantes de Levante" (malagueña, granainas, rondeña, jabera, jabegotes...) y "Cantes de las Minas" (taranta, taranto, cartagenera, minera, murciana, levantica...) que han brotado del fondo común del fandango. En la actualidad poséen identidad propia y diferenciada, que les permite ocupar un puesto en el ámbito del cante flamenco.

Fandangos personales
Los estilos personales del fandango se manifiestan en la etapa del flamenco denominada "Ópera flamenca". En esta época fandanguera (primeras décadas del siglo XX) hubo intérpretes que en realidad no aportaron nada a este estilo del flamenco y, por el contrario, otros que dejaron su sello personal, con aportaciones de valor. Tal es el caso de Cayetano Muriel ("Niño de Cabra"), Carbonerillo, El Gloria, Frasquito Yerbabuena, Macandé, Manuel Torre... Ya, más cercanos en el tiempo, están los nombre de Manolo Caracol, Terremoto, El Sordera y pocos más.

El nombre de Pepe Marchena brilla con luz propia en la época de la "ópera flamenca", pues se le considera el intérprete que desrregionaliza el fandango y lo encauza por nuevos caminos.

Estos estilos personales fueron objeto de imitación por otros cantaores de segunda fila y por aficionados.

Molina y Mairena llegan a distinguir, dentro de los fandangos personales, cuatro grupos:

  1. Fandangos emparentados con los cantes de Huelva, donde se situan a los popularizados por Manuel Torre.

  2. Fandangos relacionados con las granaínas, siendo su representante principal Cepero.

  3. Fandangos influidos por las malagueñas, como algunos de los interpretados por Manolo Caracol, caracterizándolos por intercalar tercios de la malagueña de Enrique el Mellizo.

  4. Frandangos tributarios de la soleá, siendo intérprete destacado igualmente Caracol.

Bibliografía consultada
• Diccionario Enciclopédico Ilustrado del Flamenco. Ed. Cinterco. Madrid, 1988.
• Mundo y formas del cante flamenco. R. Molina y A. Mairena. Ed. Al Andalus. Sevilla, 1973.
• Discoteca Ideal del Flamenco. Ángel Álvarez Caballero.

Discografía recomendada
• Magna Antología del Cante Flamenco. Hispavox, 1982.
• Por Fandangos. Hispavox, 1954.

 

 


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