Biblioteca de la Guitarra y Cuerda Pulsada

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Autor: Desconocido

La siguiriya

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Don Manuel de Falla dejó escrito, refiriéndose a la siguiriya: "Declaramos que este cante andaluz es acaso el único europeo que conserva toda su pureza, tanto por su estructura como por su estilo, las más altas cualidades inherentes al canto primitivo de los pueblos orientales".

Al parecer, el origen de este cante se sitúa a principios del siglo XIX, derivando, según los expertos, de los cantos de plañideras, por cuyo motivo se conoce también este cante como seguidilla "playera", atribuyéndose tal denominación a una deformación de término "plañidera". Hay quien opina (Caballero Bonald) que la denominada "playera" pudo no ser exactamente la siguiriya, sino un estilo propio situado entre la toná y la siguiriya, que fue evolucionando hacia este último palo hasta desaparecer.

Según José Blas Vega, a la siguiriya se la empezó a conocer a finales del siglo XVIII, y se acentuó su práctica a principios del XIX. Se carece de referencias seguras en cuanto a su existencia con anterioridad a esa época, al no existir prueba real que ratifique hecho alguno en este sentido. Ricardo Molina y Antonio Mairena se preguntan por qué no se oye hablar de las siguiriyas hasta el último tercio del siglo XVIII y concluyen: "…la respuesta es sencilla: Fué por aquella época cuando las humanitarias leyes de Carlos III dieron respiro y libertad de movimiento a los gitanos, que antes de dichas disposiciones vivieron perseguidos, fugitivos y ocultos. Apenas gozan de libertad empieza a hablarse de cante flamenco y a cantarse por siguiriyas". La consecuencia que sacan dichos autores de todo ello es que antes de las leyes de Carlos III las siguiriyas estaban recluidas en las casas de los gitanos, sus verdaderos creadores, y solamente eran conocidas por éstos. Esta primera etapa de las siguiriyas seria la etapa que se ha llamado "privadísima y secreta", y que quedó superada cuando se produjo la libertad de movimiento del pueblo gitano.

Alvarez Caballero afirma, igualmente, que "la siguiriya es gitana por los cuatro costados" y El Planeta, creador de la primera siguiriya de la que hay testimonio escrito, nos sirve como introductor histórico en el mundo de este cante.

Cuestión importante es la que se refiere a los orígenes de la siguiriya como tal palo flamenco, es decir, donde están sus raíces y a partir de ellas como evolucionó este estilo hasta convertirse en lo que se conoce hoy como "siguiriya". A este respecto, José Blas Vega ha elaborado la teoría que recogemos a continuación y que, no obstante su extensión, dado su interés y en razón de que ha sido compartida por otros prestigiosos especialistas, transcribimos totalmente. Dice Blas Vega: "De las tonás se derivaron, algunos de los más significativos estilos del flamenco, entre ellos las siguiriyas, dentro de ese periodo de formación en que la guitarra se acopló al cante. Debieron influir muy poderosamente las tonás, por cuanto carácter y musicalidad llevan intrínsecas las siguiriyas, teniendo en cuenta los siguientes aspectos:

  1. Parece ser que primitivamente se cantaban sin guitarra, como todavía se cantan las tonás.

  2. Casi todos los buenos intérpretes de tonás fueron, a la par, excelentes siguiriyeros.

  3. Las siguiriyas más antiguas que conocemos conservan un claro aire de tonás. Esto puede comprobarse escuchando la siguiriya de Frasco el Colorao, interpretado por Pepe el de la Matrona.

  4. Los motivos que expresan las letras de ambos cantes son muy afines en dramatismo y ambiente vital.

  5. La consecuente facilidad con que la siguiriya y la toná, o viceversa, se alternan y se complementan al ser cantadas, un estilo antes o después dentro de la misma tonalidad.

  6. Como forma curiosa de métricas irregulares hemos encontrado letras de tonás muy semejantes a siguiriyas."

En cuanto a la métrica de la siguiriya, se reconoce la posibilidad de que fuera tomada de la seguidilla popular castellana y transformada por los cantaores. Esta es la teoría del profesor García Matos que se basa en un claro antecedente, en el número "Las Plañideras" de la ópera "La Mascara Afortunada" (1820), donde aparece una "siguiriya" que, por su versificación, se confunde con la endecha. Según Blas Vega "el característico tercer verso endecasílabo de la forma actual de la siguiriya debió nacer cuando un inspirado cantaor agregó al verso cualquier exclamación o locución de cinco sílabas: ¡mare de mi alma! ¡la pobrecita! ¡compañerita! u otras parecidas, como está patente en algunas letras de siguiriyas del cancionero de Demófilo, de las que si desglosamos el tercer verso en cinco o seis sílabas nos damos claramente cuenta del añadido o postizo. Por ejemplo:

“Argún dia por verte
dinero yo daba
(compañerita), ahora por no verte
güervo yo la cara".

Y continúa Blas Vega, siguiendo al profesor García Matos: "Por otro lado, como sugiere García Matos, ante la semejanza de la siguiriya de 1820 con la endecha, y teniendo en cuenta que ésta se acostumbraba a cantar en los entierros por las plañideras, debe preguntarse lo siguiente: ¿Sería lógico presumir que las seguiriyas primigenias entroncasen con los cantes de plañideras, si tenemos en cuenta que la muerte es el tema principal de las coplas de siguiriyas?".

Las coplas de la siguiriya son estrofas de cuatro versos, de seis sílabas el primero, segundo y cuarto y el tercero es un endecasílabo dividido en dos emistiquios de cinco y seis sílabas:

“Cuando yo me muera
mira que te encargo:
que con la cinta de tu pelo negro
me amarres las manos.”

También hay seguiriyas de tres versos, un endecasílabo entre dos hexasílabos. Al cantarse se repite el primero de los versos o se le antepone otro postizo:

“Carita de rosa
¿quién te ha pegao, quien te ha pegaito
que estás tan llorosa?”

Musicalmente la siguiriya se desenvuelve en ritmo libre, siendo la guitarra la que marca el compás, lo que motiva un contrapunto rítmico entre la forma de cantar y la de acompañar. El cante se inicia con un temple largo y afligido (¿plañidero?) que da paso a cada uno de los tercios. Cada uno de estos tercios presenta en cada variante una nueva estructura melódica, que es la que define la diferencia entre los distintos "estilos" de siguiriya. Los tercios suelen tener el siguiente esquema melódico: 1º y 2º redoblaos, 3º culminación, 4º corto. Julián Pemartin lo describe así: "Con música de compás muy libre y toque muy difícil, pero bellísimo y solemne, en el que parece resonar campanas que doblan, la siguiriya comienza con un quejío muy profundo y lastimero, para entrar en los primeros tercios, alguno de ellos redoblaos, culminar en el tercero, largo de métrica y música, y caer casi verticalmente en el cuarto, otra vez corto."

Se ha dicho que "la siguiriya, propiamente, no existe. Sólo existen "siguiriyas" y una no lo es más que otra, aunque algunas sean más trascendentales e importantes" (Molina y Mairena). El propio Ricardo Molina, narrando el diálogo que tuvo con un cantaor, centra muy claramente la idea: "Recuerdo al efecto una conversación con un joven y superdotado cantaor que me dijo iba a impresionar unas siguiriyas.
—¿Cuales vas a cantar ? —le pregunté.
La que dice:
“Llamarme al meico
llamarme al doctor
que me arrancan las alas de mi cuerpo
de mi corazón.”

—Bueno, pero esa es la letra. Lo que yo te pregunto es por qué estilo las cantarás.
—¿Que por qué estilo? ¡Pues por siguiriyas!.....
Mi amigo no tenía ni idea de la siguiriya. Nadie puede cantar la siguiriya como se canta la "caña". Ha de cantarse tal o cual modalidad. Por ejemplo: siguiriyas al estilo de Paco la Luz, de Curro Dulce o de Joaquín la Cherna, por citar las más difundidas".

Se considera a la siguiriya uno de los estilos más importantes del cante jondo. Palo difícil. Su interpretación exige grandes facultades en el cantaor, conocimiento profundo de este cante y poner el alma en su ejecución. Manuel Machado dijo que la siguiriya era "el quinto extracto de un poema dramático". En efecto, se trata de un cante trágico, dolorido, que expresa la desgracia humana en toda su extensión. Para Gonzalez Climent "las siguiriyas, intolerantes, intransigentes, fanáticas, son lo que rebasa el sino mismo. Es la rebelión del albedrío humano, expuesta con la quejumbrosidad extrema del jipío que nace ante una situación límite. No hay nada, desde el punto de vista de la filosofía flamenca, más allá de las siguiriyas". En la siguiriya el cantaor vacía todos sus sentimientos y nadie que escuche una seguiriya hecha con hondura queda indiferente.

Geografía y estilos de la siguiriya
Se acepta generalmente la existencia de cuatro escuelas o ámbitos geográficos donde se originó la siguiriya en sus diversos estilos. Dichos espacios geográficos fueron: Triana, Jerez, Cádiz y los Puertos. Asimismo se está de acuerdo en que fue Triana el foco más antiguo y a la vez menos conocido en los que surgieron este cante. Por contra fueron los estilos de Jerez, Cádiz y los Puertos los más interpretados y, por ello, los más conocidos. Los estudiosos y expertos en el cante flamenco, al tratar este palo, muchas veces han agrupado a los creadores de Cádiz y los Puertos, considerando a ambos puntos geográficos como soporte de una escuela única. No obstante, el conocido experto y escritor de arte flamenco José Blas Vega las comenta separadamente "en razón a la evolución melódica que se observa en ambas: las de los Puertos más sencillas, airosas y populares en relación con los estilos antiguos gaditanos, en los que se aprecian detalles técnicos de la escuela trianera, pertenecientes a una época de formación, donde lógicamente tenían que existir intercambios, al no estar las escuelas todavía definidas. Hay que constatar el hecho personal de que cantaores gaditanos se acomodaron durante tiempo en Triana" (Magna Antología del Cante Flamenco). Sobre el hecho de la ubicación personal de uno u otro creador de este estilo, en cualquiera de los cuatro ámbitos citados, hay que decir que no ha existido acuerdo entre los especialistas del tema, salvo en casos muy claros. Lo mismo ocurre con la atribución de los diversos estilos de siguiriyas a la pluralidad de creadores que se citan con relación a este palo. Con esta perspectiva y bajo estas reservas examinamos la siguiriya, estilo al que Blas Vega ha calificado como "forma sagrada del templo sonoro del cante", agrupándola en las escuelas anteriormente citadas.

Siguiriyas de triana
Se ha argumentado como motivo de la decadencia del cante en Triana lo siguiente: "Los gitanos de Triana se empeñaron en preservar el secreto en torno al cante reaccionando así contra la intensa curiosidad de una vecindad que de modo inevitable se extendía hasta la Sevilla de la otra orilla, lo cual sin duda alguna ocasionó la desaparición del cante. Encerrados dentro de un ambiente limitado, los cantes sólo se pueden transmitir si una voz con las necesarias facultades surge para heredarlos y cantarlos".(Pierre Lefranc).Como creadores de las siguiriyas de Triana se citan, sin pretensión de exclusividad en cualquier caso, los siguientes:
El Planeta. La atribuida a este cantaor es el estilo más antiguo de seguiriya que se conoce, ya que, aunque Estébanez Calderón calificara a este cantaor como rey de los polos, de él nos ha llegado la tan conocida siguiriya cuya letra dice:

A la luna le pido
la del alto cielo
como le pido que saque a mi padre
de donde está preso.

Sobre la atribución a El Planeta de esta famosa y conocidísima letra de siguiriya, el escritor Ricardo Molina tiene sus dudas y sobre ella escribió lo siguiente: "Se conserva una siguiriya que se le atribuye, pero no me fío mucho, porque el hecho de que en ella se hable de la luna me la hace sospechosa. Es mucha casualidad que El Planeta aluda en sus cantes a los satélites".

Por lo que respecta al estilo de esta siguiriya, es un cante que se realiza, según Blas Vega, "sin efectismos y sin pausas", opinión casi coincidente con la de Antonio Mairena que la considera "una siguiriya extraordinariamente simple y desnuda de efectismos, bien ligados, con sólo dos pausas...".

El Fillo (Francisco Ortega Vargas). Es uno de los cantaores más famosos de todas las épocas, dominador de todos los cantes, marcando su personalidad, entre otros, en las cabales. Es de general conocimiento su voz ronca y quebrada (voz afillada).Se le atribuye la siguiriya siguiente:

Mataste a mi hermano
no te he perdonao
tú lo mataste liaito en su capa
sin hacerte ná.

Esta conocida letra refleja el hecho luctuoso de la muerte de Juan Ortega (Juan Encueros), hermano de El Fillo, que fue apuñalado por un joven cantaor, desconociéndose los motivos del crimen, según Antonio Mairena. En opinión de Blas Vega el hermano fallecido de El Fillo fue Francisco de Paula (Curro Pabla), cantaor destacado de tonás.

Las siguiriyas más conocidas de El Fillo que han llegado hasta nuestros días se las conoce con el nombre de "cabales", cante este que divulgó Silverio Franconetti.

Algunos autores sitúan, tanto a El Planeta como a El Fillo, formando parte de la escuela de Cádiz, por razón de su nacimiento, y otros en Triana, donde ambos cantaores vivieron la mayor parte de su vida.

Frasco El Colorao (Francisco Ortega). Para Lefranc la siguiriya de este cantaor "es la más antigua cuya existencia está confirmada y acompañada por una atribución digna de fe", situando su fecha de aparición alrededor de 1840, pero asegurando que el cante de El Colorao había pasado sin duda alguna por estadios anteriores, lo que sitúa el inicio de su historia en el siglo XVIII. Frasco El Colorao fue jornalero y por parte de su mujer estaba emparentado con la familia de los Cagancho. Se le atribuyen contactos regulares con Curro Dulce y, sobre todo, con Manuel Molina, cuya casa visitó a menudo. Se atribuye a Frasco El Colorao la siguiente siguiriya:

A las dos de la noche
me despierto y digo:
donde estará mi compañerita
que no está conmigo.
No pierdas la esperanza
que aunque el pocito era hondo
la soguita alcanza.

Antonio Cagancho (Antonio Rodriguez Moreno, n. 1920). Se nos presenta como fundador de una dinastía que destacó tanto en el cante como en el toreo. Se le atribuye la creación de la siguiriya llamado "el Reniego", considerada como una de las joyas del repertorio de las siguiriyas. Tradicionalmente su creación se ha atribuido a la familia "Cagancho". Por otra parte, la discusión ha estado planteado en el sentido si correspondía el mérito de su creación a Antonio o a su hijo Manuel Cagancho (Manuel Rodríguez Gracia). El cante dice:

Apregonao me tienes
como un mal ladrón
contra más causa le echas a mi cuerpo
más te quiero yo.
Reniego de mi sino
como reniego, mare, hasta la horita
que t´conocio.

Manuel Cagancho (Manuel Rodríguez García). Hijo de Antonio Cagancho y herrero como su padre. Nacido en 1846, se le considera el más notable cantaor de una familia que ha quedado en la historia del cante como los intérpretes más representativos del más puro estilo de Triana, precisamente por su contribución al engrandecimiento de la siguiriya.
Silverio (Silverio Franconetti Aguilar, 1831-1899). Considerado por algunos el mejor cantaor de todos los tiempos. Dominó todo el cante. Se le atribuye la creación de varios cantes por siguiriyas a los que imprimió su sello personal. Es muy conocida la "cabal" de Silverio, que dice así:

Ábrase la tierra
que me quiero morir
que pa vivir como yo estoy viviendo
prefiero morir.

Aparte de los creadores, citados y omitidos, mucho han hecho por este y por todos los cantes los recreadores, intérpretes y recuperadores de estilos, que de otro forma se hubieran perdido. Así, hay que citar, en este ámbito trianero a Tomás Pavón, a su hermana "Niña de los Peines", a Manolo Caracol... y a tantos otros.

Siguiriyas de Cádiz y los puertos
Con la expresión "los puertos" se pretende abarcar la franja geográfica que se extiende desde la Isla de San Fernando hasta Sanlúcar de Barrameda. De los Puertos, junto con Cádiz, se citan como creadores, entre otros, los siguientes:

Tomás el Nitri (Tomás Vargas Suarez). Nacido en 1828 en el Puerto de Santa María; sobrino de El Fillo. La siguiriya que se le atribuye es de las más renombradas:

Por aquella ventana
que al campo salía
le daba voces a la mare de mi alma
y no me respondía
 

María Borrico (María Fernández). Nacida en 1830 en la Isla de San Fernando.- Su seguiriya se la considera como una de las más antiguas del repertorio. Es un cante de entonaciones cambiadas que se suele realizar como remate de la serrana "ya que compagina con éste en su línea melódica y en su carácter emotivo y exaltado" (Blas Vega). Según Lefranc "es un cante bellísimo, pero con muy poca plasticidad, que sin alguna duda ha padecido de su éxito y a la vez de su especialización como remate de otros cantes":

Señor cirujanito
desengáñeme usted,
si estos chorreles se quedan sin bata
lo quiero saber.

Perico Fascola (Pedro Serrano Carrasco). Nacido en Sanlúcar en 1833. Se le atribuye haber tenido contactos muy frecuentes con Triana y la creación de dos siguiriyas. Fue un cantaor de enormes facultades:

¿De quién son
estas retamas?
De los frailes no, que no son,
que son de la ley cristiana.
Franquito y libre
yo me cautivé
con una morita turquita y fea
cumpliendo un debé.
 

Curro Dulce (Francisco Fernandez Boigas). Nacido en 1827, se le considera como primera figura de los creadores de siguiriyas gaditanas. Según Lefranc, tuvo contactos con Frasco El Colorao, Manuel Molina y más tarde con Enrique el Mellizo, aunque éste era más joven. Una siguiriya de Curro Dulce fue transformada por Manuel Torre originando la famosa siguiriya de este cantaor "De Santiago y Santana". La siguiriya de Curro Dulce dice así:

Y era una madrugá
de Santiago y Santana,
a eso de la una las fatiguitas grandes le endiñaron
a mi madre Curra.
Manuel Torre modificó este cante apoyándose en la siguiente letra:
Era un dia señalao de Santiago y Santana
De Santiago y Santana
Le rogué yo a Dios
que aliviara a mi madre las ducas
de mi corazón.

Enrique El Mellizo (Enrique Jiménez, Cádiz 1848-1906). Se le considera el más musical de los grandes creadores de flamenco. Según Blas Vega "su capacidad musical e inventiva, y su dicción personalísima de estilos muy diversos.... han hecho época en la dilatada historia del cante flamanco". Se le reconoce como creador de dos siguiriyas, tres soleares, un puñado de tientos y la famosa malagueña. Las siguiriyas son las siguientes:

qué vergüenza más grande
me has hecho pasar:
andar pidiendo limosna de puerta en puerta
pa tu libertad.
To me viene en contra
el tiempo y la marea
los golpecitos de este mar furioso
se me salen por la popa.

Francisco La Perla (Francisco Mendoza). Se considera como fecha aproximada de su nacimiento hacia el año 1850. Fue contemporáneo de El Viejo de la Isla y sus cantes son parecidos a los de este otro cantaor:

Curro de mi alma
mándame una carta
que con saber que te encuentras bueno
me sobre y me basta.

Se refiere esta letra al hijo de Francisco La Perla, llamado Curro, culpable de asesinato y que había huido de la justicia.

Siguiriyas de Jerez
Jerez se nos presenta como el centro de una gran tradición cantaora, destacando en una amplia gama de palos pero, sobre todo, en la siguiriya, donde aportó una importante coleccón de creadores. Podemos citar, entre otros:

Manuel Molina (1822-1879), también llamado el señor Manuel Molina, en razón a su acomodada posición económica y social. Fue una persona muy respetada y, además de gran cantaor, fue mecenas para toda aquella manifestación de cante flamenco. Las siguiriyas de Manuel Molina se conocen actualmente por medio de las versiones que de ellas hicieron Antonio Chacón, Manuel Torre, Pastora Pavón...Se le atribuyen, entre otras las siguiriyas siguientes:

Siempre por los rincones
te encuentro llorando,
que yo no tenga libertad en mi vida
si te doy mal pago.
 

Camisita en un año
no me he de poner,
hasta no verme con mi compañerita
juntito otra vez.

Dicen que duermes sola
mienten como hay Dios
porque de noche con el pensamiento
dormimos los dos.

Esta última siempre se ha considerado creación de Manuel Molina. No obstante, Pepe el de la Matrona se la atribuye a Curro Dulce.

El Loco Mateo (Mateo Lasera).- El sobrenombre fue debido a sus desequilibrios temperamentales. No obstante su vida artística se desarrolló plenamente en los cafés cantantes de la época. Se le atribuyen las siguientes siguiriyas:


En aquel rinconcito
dejarme llorar
que se me ha muerto la mare de mi alma
y no la veo más.
 

Oleaita, mare, de los mares
qué fuerte venéis
se habéis llevao a la mare de mi alma
y no me la traéis.

Y tambien se le atrribuyen como suyas las siguientes cabales:


Los moritos iban a caballo
los cristianos a pié
como ganaron la casita santa
de Jerusalén.
 

Desde la Porverita
hasta Santiago
las fatiguitas, mare, de la muerte
me se arrodearon.

Paco la Luz (Francisco de Paula Valentín Soto). 1839-1914. Su cante, al parecer fue divulgado por su hija María La Serrana, que fue una gran cantaora profesional, e incluso dejó algunas grabaciones realizadas en 1909. Se le atribuye la siguiente siguiriya de cambio:


Dolores
Dolores mía
en un laito de mi corazón
te llevo metía.

José de Paula (José Maria Sebastián Soto Vega). 1871-1955.- Durante muchos años trabajó en cortijos del término de Jerez como manijero. Muchos de los cantaores que grabaron su cante, como fueron Mojama, La Pirriñaca, Agujetas padre, Manuel Soto "Sordera"…, tuvieron la oportunidad de oírlo en interpretaciones personales del propio creador.

El Marrurro (Antonio Monje).- Se le atribuye la siguiente siguiriya.


Si acaso me muero
pago con la vida
y no sabia ningún cirujano
del mal que moría.

Esta siguiriya, según Lefranc, se atribuyó a veces a Antonio el Marrurro (que alguna vez compartió la escena con Silverio) y , con mucha más frecuencia se le atribuye a Diego El Marrurro, nacido en 1850 y muerto en 1920, a quién conoció Chacón y de quién grabó este cante en 1913".

Según el escritor francés es la siguiriya más patética del repertorio de Jerez.

Joaquín La Cherna (Joaquín Loreto Vargas) Nació en 1843. Se ha dicho que su cante por este palo está ligado al de El Marrurro y al de Paco la Luz. Lo que sí es cierto es que su sobrino, Manuel Torre, hizo versiones de la siguiriya de Joaquí La Cherna.

Juan Junquera. Nacido a mediados del siglo XIX, de raza gitana, cantaor de profesión y empresario de espectáculos y de cafés cantantes. Según Lefranc el cambio por siguiriyas que se atribuye a Junquera "fue creado para sustituir o rejuvenecer el cante de María Borrico, en su función principal de cante de remate, mayormente de serranas".

Juanichi El Manijero o Antonio Frijones. Existe la duda en cuanto a la atribución de este cante, que se inicia habitualmente por "Comparito mio cuco". Ambos cantaores eran amigos. Parece que fue Antonio Frijones el creador y Juanichi (Juan Fernández Carrasco) el que contribuyó a transmitirlo. Siguiriya relativamente reciente a la que se denomina cante del cuco.

Es famosa, dentro de las siguiriyas, una variante muy peculiar que se ejecuta como remate o final de este cante. Nos referimos a las "cabales", que es una forma de siguiriyas de cambio.

En palabras de Blas Vega su interpretación "es un alarde de saber cantar, por las dificultades que tiene su interpretación, pues del tono en que se está cantando hay que pasar a su dominante y hacer todos los tercios del canta apoyados en él". Se atribuye la creación del cante por "cabales" a El Fillo, siendo posteriormente su gran divulgador Siverio Franconetti.

No podíamos terminar nuestro comentario sobre la siguiriya y, en particular, en todo aquello que se refiere a sus creadores, sin citar a aquellas figuras que, sin atribuírsele el mérito creativo en sí, hicieron mucho por engrandecer este palo, tan básico dentro del flamenco.

Nos referimos a todos aquellos artistas que han recreado este cante, imponiéndole su propia personalidad, o aquellos cuya labor ha sido situar la siguiriya en sus justos términos, conservándolas respetando la forma que la imprimieron sus creadores. Y así tenemos a Manuel Torre, al que se ha considerado el más grande siguiriyero de todos los tiempos, palo en el que, según Molina y Mairena, introdujo "una revolución porque nadie antes de él la cantó con voz natural (voz de pecho), ni con su grandeza y pasión. Junto a esta figura mítica tenemos la serena maestría de D. Antonio Chacón, que tanto hizo, no solo por la siguiriya sino por todos los variadísimos palos que interpretó. Su personalidad artística fue muy distinta a la de Torre, pues si Chacón fue la perfección continua Manuel Torre fue el genio intermitente. Y junto a ellos tantos y tantos nombres, cuyo gran mérito fue rescatar y afirmar los cantes que, de otra forma, hubiera sido muy difícil conservar: Pastora Pavón, su hermano Tomás, José el de la Matrona, Manuel Vallejo, Manolo Caracol, Antonio Mairena…

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
José Blas Vega. Temas Flamencos. Ed. Distribuciones Dante S.L.
José Blas Vega. Estudio introductorio a la Magna Antología de HISPAVOX.
Ángel Alvarez Caballero. Historia del Cante Flamenco.-Alianza Editorial.
Manuel Ríos Ruiz. Ayer y hoy del cante flamenco
Pierre Lefranc. El cante jondo. Publicaciones de la Universidad de Sevilla.

DISCOGRAFÍA RECOMENDADA
Magna Antología del Cante Flamenco. Hispavox

 

 


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