Hay cinco aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de montar un “Home Estudio”.

LUGAR EN QUE GRABAMOS (sala)
SISTEMA DE GRABACIÓN
MONITORES
MICROS
MESA DE MEZCLAS

a) La Sala

Lo ideal para grabar es una sala muy grande, con techos lo más altos posibles, hecha con materiales nobles y con la posibilidad de tener sonidos más o menos brillantes alterando la configuración de la sala.

Pero bueno, lo ideal también es ir a trabajar en Ferrari y que el estudio disponga de gimnasio y jacuzzi…

Lo más normal es que tengamos que conformarnos con lo que tenemos, nuestra querida habitación o, en el mejor de los casos, algún sótano o buhardilla.

Para adecuar nuestra sala de cara a las grabaciones hay que distinguir entre dos aspectos:

Aislar o Acondicionar.

Básicamente, aislar consiste en no molestar y no ser molestados.

Acondicionar se refiere, más bien, a conseguir unas condiciones acústicas adecuadas para grabar.

Aislar es costoso. Implica una obra en nuestra sala de grabación, que suele encargarse a empresas especializadas.

Hay que construir una sala “dentro” de la sala. Entre las paredes de la sala exterior y las de la sala interior debe haber una cámara de aire y materiales aislantes. Suelo “flotante” con placas aislantes, puertas selladas, ventanas con doble acristalamiento y ventilación adecuada. El techo debe estar inclinado y las paredes no deben ser paralelas.

El peor espacio para grabar es una sala con forma de cubo o una sala en la que las dimensiones de los lados sean múltiplos de un número (por ejemplo 3x6x9 metros)

Lo ideal son las paredes angulosas.

Acondicionar es otra cosa. Lo que se busca es evitar la reflexión descontrolada del sonido. Las paredes brillantes y pulidas crean muchos rebotes. Podemos utilizar materiales absorbentes especialmente diseñados para esto o, forrar las paredes con moquetas, mantas o edredones (mas económico). También podemos utilizar las míticas hueveras de cartón (bastante eficaces aunque la estética agrícola no le gusta a todo el mundo…)

Para el suelo podemos emplear moqueta o alfombra y para el techo, mantas o acondicionadores acústicos que podemos encontrar en tiendas de bricolaje.

Dejar algún espacio sin acondicionar en las paredes nos proporciona un poco de Reverb, que da una sensación natural en las grabaciones.

En las esquinas se suelen utilizar las trampas de graves. Son como falsos paneles que evitan que tengamos una percepción sobredimensionada de las frecuencias graves de nuestras grabaciones.

Por regla general debemos evitar grabar las voces en el centro de nuestra sala, sobre todo si no hemos podido construirnos una asimétrica. Si grabamos en el centro podemos tener un sin fin de acoples, y ruidos no deseados.

Una inversión muy útil, sobre todo si vamos a grabar voces o instrumentos a través de un micro, es crearnos una mini sala aparte para estas grabaciones. De esta guitamanera evitamos que se cuelen por el micro los zumbidos de los ventiladores del ordenador y, a demás, el que esta a los mandos puede escuchar la toma a través de los monitores, sin que esto afecte a la grabación (también existen cabinas selladas especiales para aislar CPUS).

Si no podemos permitirnos esta mini sala, tendremos que grabar a los cantantes usando unos auriculares; unos para nosotros (el supertécnico de sonido), y otros para el cantante (la megaestrella rutilante)

En general debemos colocarlo todo pensando en pasar muchas horas. Hay que estar cómodos. Invertir en una silla cómoda y una mesa amplia revierte en más y mejores grabaciones. Deben estar los elementos a mano, cómodos y apetecibles. Detalles como la luz y la decoración ayudan más de lo que parece. Personalmente cuando grabo en caso utilizo luces indirectas, suaves, me pongo unas velitas y una barra de incienso, una cervecita, algo para picar…

Otro aspecto importante a la hora de montar nuestro “Home Studio”, es prestarle la debida atención a la parte electrónica.

En España: 220 voltios, multiplicados por los 11 amperios que soporta cada enchufe, nos dan la cifra de 2400 w. Así que, al conectar equipos todos juntos no debemos superar esta cifra. En las especificaciones de cada equipo tenemos información acerca de su consumo. Los RACKS consumen entre 15 y 30 w, las mesas de mezclas 50 w, los monitores en torno a 100 w cada uno y una CPU se va hasta los 500 w.

Así que, el problema fundamental más que el consumo (cualquier electrodoméstico de nuestra cocina, va a consumir solo, más que todo nuestro estudio), es la calidad de nuestra electricidad.

La tensión suministrada por los enchufes debe ser estable. Si no, podemos encontrarnos con zumbidos o aparatos que no funcionan bien. La solución son los estabilizadores de corriente; son el medio para tener una tensión estable.

La toma de tierra debe estar en buen estado (la toma de tierra son esas patillitas verticales que tenemos la mayoría de los enchufes modernos) Si la toma de tierra no está en buenas condiciones los equipos y los amplificadores zumban de una forma muy molesta. Tocando la guitarra es fácil saber si la toma de tierra NO está haciendo bien su función si, cuando colocamos las manos en el instrumento (en las partes metálicas), y desaparece sensiblemente el sonido.

Para evitar problemas con los bucles de masa, lo mejor es tener todas las tomas conectadas al mismo cable. Utilizar la misma salida a la toma de tierra, evita zumbidos, que algún equipo resulte dañado, o lo peor, que hagamos nosotros de toma de tierra, (y nos quedemos “pegados” al micro al tiempo que nuestro peinado vira notablemente hacia una tendencia After-Punk-Burned)

También es recomendable utilizar regletas con protección para picos y sobre tensiones. En cualquier tienda de informática podemos conseguir una.

Así evitaremos sorpresas si se levanta una tormenta mientras tenemos los equipos conectados. La luz se irá pero nuestros equipos no resultarán dañados.

Ademas, una SAI nos puede ahorrar muchos sustos cuando se va la luz. Ya que nos proporciona tiempo extra para poder salvar nuestro proyecto.

Si queremos un estudio.”PRO” lo mejor es contratar a un electricista que nos deje una línea pura y libre de interferencias.

Par terminar, es recomendable utilizar cables de la mejor calidad posible para evitar ruidos, clips y demás interferencias.(Los cables con malla trenzada evitan interferencias no deseadas).

Los cables deben ser cortos. Los mogollones de “espagueti” mejor en la cocina. Además, los cables enrollados atraen interferencias.

Los cables de alimentación y los cables de audio: es MUY IMPORTANTE que discurran por vías separadas. Lo ideal es hacer una “manguera” de cables independiente para cada tipo.

b) El Equipo De Grabación

A la hora de elegir un sistema de grabación tendremos que tomar importantes decisiones.

Primera decisión;

Ordenador o Grabadora / Porta Estudio.

Comenzaremos por lo último; Si nos decidimos por un Porta Estudio:

Nos referimos de esta manera a grabadoras “todo-en-uno” que incorporan todo lo que podemos necesitar y operan de forma independiente a un ordenador.

En este apartado nos encontramos los legendarios 4 pistas de cinta.

Aún se comercializan. Con todos los inconvenientes de grabar en un “casette”;

Más lentos, muy pocas prestaciones, limitados a 4 pistas…

Estas grabadoras tienen mucho menor rango dinámico (Diferencia entre los sonidos de poca intensidad y los de mucha intensidad ) que los equipos digitales , dan menos graves, menos agudos y las grabaciones suelen ir acompañadas de un zumbido, un hiss, de fondo, característico.

Por contra, además de su innegable componente “retro” para los nostálgicos, tienen alguna pequeña ventaja. Las grabaciones analógicas “colorean” el sonido, lo distorsionan un poco y también lo comprimen. Hay un “algo” en las grabaciones analógicas que rezuma autenticidad. Las grabaciones clásicas están hechas con equipos analógicos, por tanto contiene este color, y esa distorsión.

Aún conservo mi viejo 4 pistas de cinta y debo reconocer que los sonidos “retro” que consigo en las guitarras son absolutamente inigualables. Suenan más sucios pero así es el viejo Rock And Roll!!

Jack White de los Whitestripes es un enamorado de este tipo de grabadoras.

En cualquier caso son una elección con infinidad de limitaciones.

La segunda elección son los porta estudios digitales. Por un precio asequible podemos conseguir una grabadora con 8 pistas y con muchas pistas virtuales.

Las pistas virtuales nos permiten hacer grabaciones y grabaciones e ir almacenándolas en la memoria. Un 8 pistas sólo puede reproducir 8 pistas a la vez, pero podemos cambiar cualquiera de estas 8 pistas por otra pista virtual ya grabada y tomar la decisión que más nos convenga.

Estas grabadoras llevan efectos; compresores, Reverb… todo lo que podemos necesitar. Graban a unidades de memoria, discos duros o directamente a CD.

Las hay portátiles, casi de bolsillo y con micrófonos incorporados.

Podemos irnos de viaje y, de paso, hacernos una maqueta.

No son muy complejas de utilizar. La enorme ventaja es su precio, su tamaño y el hecho de que el mismo día que nos la compramos ya podemos empezar a grabar. No hay que configurar, no hay que cablear, solo buscar la tecla “REC”, enchufar la guitarra o el micro a la entrada correspondiente y a grabar.

La desventaja es que no se pueden ampliar, tienen las pistas que tienen, los efectos que tienen y no admiten ampliaciones. (Por otro lado son la mejor opción para los que trabajan delante de un ordenador y no quieren sentarse delante de otro al llegar a casa).

Un ordenador puede ir creciendo; más programas, más prestaciones, más accesorios… Para pasar muchas horas y muchos días grabando es más cómodo un ordenador. La pantalla es más grande, teclado, ratón y una posición de trabajo mucho más cómoda.

Muchos porta estudios permiten editar baterías, bajos e incluso más instrumentos; podemos hacer la base de batería y bajo y encima meter guitarras y voces.

Al ser grabación digital podemos copiar, pegar, retocar. Pero todos estos trabajos se hacen pesados en una pantallita pequeña. Hay que buscar en menús y submenús y puede ser engorroso si el trabajo se prolonga en el tiempo.

Así que, la tercera opción es el ordenador; posibilidades casi ilimitadas (si nuestra cuenta corriente es ilimitada…!), comodidad de manejo, prestaciones que evolucionan año tras año…

El ordenador es la opción “pro” con más posibilidades. Pero el salto al ordena no es un camino de rosas.

Para empezar está la cuestión económica. Si vamos a utilizar un ordenador como centro de nuestro Home-Studio debemos hacernos con un equipo lo más moderno y optimizado posible. Conviene que el software utilizado no nos lo haya prestado Barbarroja y así nos ahorraremos sorpresas. Debemos hacernos con una tarjeta de sonido en condiciones.

El ordenador: lo mejor es hacernos con el más potente que podamos permitirnos, con la mayor cantidad posible de memoria de disco y de memoria RAM.

El sistema operativo: debemos decidir si nos decantamos por un ordenador con WINDOWS, LYNUX o MAC.

LYNUX posee versiones optimizadas para el trabajo de audio. Es gratuito y es estable. Es una buena opción. Muy buenas prestaciones para una opción no profesional.

Para utilizar MAC, el ordenador debe ser MAC. Es la opción habitual de los profesionales.

El software y el hardware están hechos por el mismo fabricante, lo que disminuye mucho las posibilidades de tener problemas y, en general, el sistema operativo y la máquina están optimizados para el tratamiento de audio.

Si nos decidimos por WINDOWS conviene adquirir un equipo optimizado para el audio. Un experto nos puede aconsejar en lo referente a la placa base, discos, procesador… compatibilidades. Hay fabricantes especializados en suministrar PC’S diseñados para uso en tareas de grabación.

El gran problema del ordenador es, para el que no está familiarizado con su manejo. Hay que instalar los programas, hay que seleccionar preferencias en el sistema operativo y en los programas, hay que crear carpetas y, en el caso de WINDOWS, hay que tener antivirus, cortafuegos…

Para el que está familiarizado con todo esto, no es un problema pero, para el novato supone horas y horas de aprendizaje, de familiarizarse con el entorno y momentos de gran frustración. A veces las cosas tardan en funcionar.

Para el novato se hace INPRESCINDIBLE tener alguien cerca que conozca bien el medio y que le pueda ir ayudando a superar obstáculos. (Hombre, están los manuales, 600 u 800 páginas sin viñetas ni dibujos…)

Al final, merece la pena. Cuando por fin nos hacemos con el equipo, y sorprendemos a nuestra gente con increíbles superproducciones, todo se olvida, pero el camino puede ser laaargo….

Sea cual sea el sistema operativo por el que nos decantemos, acto seguido hay que elegir un software. Es decir, un programa que nos permita grabar.

En LYNUX, todo el software es gratuito. En WINDOWS y MAC, (hay software gratuito y con buenas prestaciones y más que de sobra para empezar), y está el soft-PRO, que es siempre de pago.

De nuevo tendremos que esperar un tiempo hasta dominar el programa y todas sus alternativas.

Llegado a este punto tendremos que elegir una tarjeta de sonido, también llamado “interface de audio”.

Todos los ordenadores llevan incorporados una tarjeta, si no, no podríamos oír nada que proviniese del ordenador. La cuestión es que, para tener una buena calidad de sonido, distintas entradas y salidas y, sobre todo, para que el sistema “tire” y no tengamos problemas como latencias, ecos y demás, hace falta una buena tarjeta.

A día de hoy, la mayoría de las tarjetas son externas. Conectan con nuestro ordenador a través de un puerto USB o FIREWIRE. (De todos los artículos que he escrito, éste es el que mayor riesgo tiene de quedarse pasado)

Tradicionalmente las tarjetas iban en la CPU y hacía falta un pequeño montaje. El auge de los portátiles ha simplificado todo mucho. Un cable y adentro. De esta manera una misma tarjeta se puede utilizar fácilmente en distintos equipos.

Ahora bien, debemos asegurarnos que el software que hemos elegido para grabar es compatible con nuestra nueva tarjeta. Mucho cuidado…!!!

Muchas tarjetas (o interfaz, que suena mejor) incorporan un software asociado, con lo que, nos solucionan dos problemas al mismo tiempo.

Para que todo vaya bien, debemos leer detenidamente las instrucciones de instalación de nuestro flamante interfaz. Asegurarnos que las instrucciones vienen en castellano, sobre todo si la lengua de Shakespeare no se nos da muy bien.

Aún así, podemos tener problemas. Quizá haya que instalar “DRIVERS” para que todo vaya como es debido.

Puede que no tengamos los drivers actualizados, que no esté convenientemente actualizado nuestro sistema operativo, que haya problemas de compatibilidad…

La solución: nuestro colega de turno que se sabe todas las “ñapas” o buscar en Internet en foros especializados para contactar con gente que tenga los mismos problemas que nosotros.

A veces los problemas vienen de la configuración del programa. En las preferencias debemos seleccionar frecuencias de muestreo, tamaño del búfer ( Ajustar correctamente el buffer según la calidad de nuestro equipo es muy importante para evitar delays a la hora de grabar. Un buffer alto y un equipo con un procesador lento, puede provocarnos estos problemas) ., ruta de grabación, monitorización de las señales entrantes…

También pueden jugarnos malas pasadas las preferencias de audio de nuestro sistema operativo, debemos comprobar si hemos seleccionado correctamente nuestra nueva tarjeta, (perdón, interfaz!), si el sistema la ha reconocido…

La lista de problemas puede ser bien larga pero, no os desaniméis! Todo laberinto tiene siempre, al menos, una salida!!

¿Qué requisitos debe tener nuestra interfaz?

Mis sugerencias:

– Que tenga, mínimo, dos entradas, para poder grabar dos instrumentos a la vez (una voz y una guitarra, una guitarra en stereo, una acústica con dos micros…).

– Que tenga, al menos, una entrada XLR balanceada para que pueda conectar micros con una señal libre de ruidos e interferencias.

– Que esta entrada tenga un previo para amplificar la señal de entrada del micro. Si no, el micro no se oye, no tiene potencia suficiente.

– Esta entrada debe poseer alimentación PHANTOM, que permite la conexión de un micro de condensador (ver más adelante MICROS).

Hoy por hoy, no es necesario que las tarjetas tengan puerto midi, ya que, los instrumentos midi utilizan ya el Standard USB.

Un buen consejo para los que utilicéis el ordena como medio para grabar, es disponer de un disco duro externo en el que vayamos colocando todas nuestras grabaciones. Así, el programa lo instalamos en el disco de arranque del ordenador y, las grabaciones, las mandamos al disco externo. De esta manera liberamos de trabajo al disco de arranque (que ya tiene que leer sistema operativo y software) y nos ahorramos posibles problemas. Así podremos utilizar muchas más pistas de audio sin que el ordenador “se quede”.

Otro consejo importante es salvar, salvar y salvar todo lo que hemos grabado. Un segundo disco para hacer copias de seguridad es una de las mejores inversiones. Cualquier disco, cualquier ordena puede fallar de un día para otro y sin previo aviso. Lo podemos perder todo.

Si hacéis una llamada a una empresa de recuperación de datos preguntar cuánto cobran por restaurar un disco, os daréis cuenta de que lo más económico es salvar, salvar y salvar… en otro disco!

Por último, destacar que con una buena tarjeta y un software en condiciones, no es necesario que compremos una mesa de mezclas. Todo va a través del soft.

Disponemos de mesas virtuales que podemos manejar a través de la pantalla.

No obstante, tener una mesa física tiene sus ventajas. Abordaremos este tema más adelante.

c) Monitores

Una vez que tenemos nuestro equipo de grabación, si queremos que nuestro estudio de un salto de calidad debemos tener en cuenta el tema de los monitores.

Para escuchar lo que estamos grabando con fiabilidad y calidad. Hay una gran diferencia.

La solución más habitual es utilizar como escuchas los bafles de una cadena de HI-FI, los monitores del ordenador o los auriculares. La gente utiliza la salida de audio del equipo de grabación (OUTPUT) y manda la señal a alguno de estos dispositivos.

El problema de usar los altavoces del ordenador es evidente. Falta de volumen, calidad… etc.

El problema de utilizar un equipo de música es que éstos “colorean” sensiblemente lo que escuchamos. La tendencia habitual es engordar los graves, atenuar los medios y reforzar las frecuencias más agudas. De esta manera lo que escuchamos no es un fiel reflejo de lo que está ocurriendo en nuestra grabación, perdemos nitidez y respuesta en algunas de las frecuencias.

La solución: monitores de campo cercano. Estos monitores dan una escucha mucho más “plana”, más fiel, sin color.

Existen varias posibilidades en lo relativo a los monitores de campo cercano: para sonar necesitan amplificación. Normalmente suelen tener un “tweeter” para reproducir los agudos y un altavoz para los medios. Para que la señal de audio se divida en agudos y medios y, se dirija al altavoz adecuado, necesitamos un crossover. El crossover manda a cada altavoz las frecuencias adecuadas. Si, a nuestra pareja de monitores le queremos añadir un “WOOFER” para los graves, el crossover se ocupa de mandarle también la señal optimizada.

Todos estos componentes (amplificador, etapa de potencia, crossover) están ya amplificados e integrados en los monitores AUTOAMPLIFICADOS. En estos monitores, enchufamos la salida de audio a la entrada de las escuchas y ellos se ocupan de todo. Es la opción más sencilla para un estudio casero. Si compramos los elementos por separado hay que cerciorarse de que la etapa de potencia y el crossover son adecuados para nuestros monitores.

Por tanto, con los monitores auto amplificados hay dos opciones:

– Utilizar una pareja (canal izquierdo, canal derecho). Es suficiente.

– Utilizar la pareja más un WOOFER para los graves.

El woofer se coloca centrado, con uno basta. Si tomamos esta opción, de las salidas del equipo de grabación vamos a las entradas del woofer que a su vez tiene otras salidas especialmente diseñadas para ir a los otros dos monitores.

De la grabadora al woofer, del woofer a los monitores y no tenemos que preocuparnos de más, el equipo se ocupa de todo. (Siempre que hablemos de monitores auto amplificados!)

El woofer no es imprescindible.

Es importante tener en cuenta la colocación de los monitores. Si tenemos woofer debe ir centrado con respecto a la posición de escucha. Se suele colocar bajo.

Los monitores de campo cercano se deben colocar a 75-200 cm de la posición de escucha. Deben apuntar directamente al oído del que está escuchando y deben formar un triángulo equilátero con el oyente. La razón es que, algunas frecuencias, sobre todo los agudos, se pierden si no apuntan directamente a la oreja del técnico. Deben esta a la altura del oído. No importa si se colocan de pie o tumbados. Deben estar a alejados, por lo menos, 10 cm de la pared para que no nos den una señal falseada ( puede aumentar entre 3 y 6 db , la sensación de graves). Nunca dentro de estanterías ni “huecos”.

Lo ideal es que estén colocados en soportes y no encima de nuestra mesa de trabajo. Si los colocamos en la mesa es recomendable que estén apoyados sobre una superficie absorbente para evitar que nuestra mesa haga de resonador y, nuestra escucha se falsee, además, así evitaremos vibraciones extra y, en último término, molestar a nuestro entorno más de la cuenta.

No hace falta que tengan mucha potencia. De hecho, si son pequeñitos, las condiciones acústicas de la sala (sobre todo si es pequeña) no nos afectaran mucho.

Muchos técnicos profesionales mezclan con un volumen muy moderado, tirando a bajo, en parte para proteger sus instrumentos de trabajo (sus oídos) y, en parte, porque la percepción de muchas frecuencias varía con la intensidad sonora. Cuando ponemos el volumen al 1 ó al 10 ( ó al 11 como en “SPINAL TAP”), las cosas suenan cualitativa y cuantitativamente diferentes. Con mas volumen, las grabaciones suenan más y suenan distinto. Hay que tener en cuenta que los que van a escuchar nuestras pistas no siempre las van a tener a volumen AC/DC en “Doninghton Park”, algunos tipos raros oyen la música bajito.

Los equipos de campo cercano buscan la calidad y el detalle. Los equipos de directo (P.A), buscan la potencia. Los equipos de hi-fi buscan suavizar el sonido.

Las primeras veces que escuchamos música a través de un monitor de campo cercano percibimos un sonido algo más crudo, más áspero, con menos profundidad. Es cuestión de costumbre.

Personalmente, cuando quiero escuchar música, lo hago siempre a través de estos monitores; a día de hoy, me gusta mucho más la señal que me dan ya me he acostumbrado a ello, la contrapartida es que no son adecuados para música de ambiente (para la fiestuquis son mejores los de Hi-Fi)

Hay más tipos de monitores, de campo intermedio, monitores principales… que se encuentran en los grandes estudios utilizados conjuntamente con los de campo cercano.

Así que, debemos grabar y mezclar con nuestras escuchas.

Asunto terminado.

Un buen consejo , llegados a este punto, es escuchar nuestras grabaciones de nuevo, a través de otros equipos. Lo más recomendable es escuchar las grabaciones “coloreadas” a través de nuestro viejo equipo hi-fi, para ver qué pasa. En este momento si que es útil escuchar las grabaciones a través de las escuchas del ordenador. Si tenemos tiempo y queremos hacer bien el trabajo, es recomendable escuchar el resultado en el coche, a través del iPod…

Si nuestra grabación suena bien en un equipo “guarripeich”, podemos estar seguros de que escuche quien lo escuche, va a funcionar.

Cuando mezclo mis grabaciones, al final siempre hago escuchas en distintos equipos, en distintas salas, escuchando la grabación desde la habitación de al lado… para comprobar que todo está en el plano deseado y con el protagonismo adecuado, que nada importante se perciba con dificultad.

Con respecto a los auriculares.

Los auriculares son necesarios para muchas grabaciones, instrumentos acústicos, voces, grabaciones nocturnas… También los hay de escucha plana y son los más recomendables para escuchar sin el sonido “coloreado”. Los hay cerrados y los hay semiabiertos. Los cerrados están aislados, no dejan salir ni dejan entrar ruido. Son ideales para grabar voces y evitar que el sonido de la escucha se cuele por el micro del cantante, evitando ruidos e incluso acoples. Los semiabiertos son adecuados para grabar guitarras, baterías, ya que no aíslan al intérprete totalmente de lo que está sonando ni de su instrumento. De cualquier manera, ni unos ni otros son adecuados para MEZCLAR.

La mezcla es el proceso final que llevamos a cabo cuando todas las partes están ya grabadas; Después de meter unas baterías con algún editor de baterías, grabamos bajos, teclados , hemos grabado nuestras guitarras, (entre solo y solo quizás hayamos dejado algún hueco para las voces…)

Ahora toca sentarnos a escuchar pista por pista. Ahora toca mezclar; Limpiar todos los ruiditos (con algún editor de audio), normalizar cada pista (subir de nivel todo, lo máximo posible, sin que distorsione, en el Logic es una función llamada “Normalizar”).

Hay que comprimir todas las pistas (utilizar un compresor adecuado para cada instrumento que nos realce los pasajes con menos volumen y nos atenúe los que tienen más). Hay que elegir el tipo de Reverb para cada pista, elegir efectos si hace falta, ecualizar si es necesario. ( Para mas información , ver artículo “Efectos para Guitarra”)

Hay que automatizar las pistas para que cada instrumento tenga un nivel adecuado en cada momento. Hay que panoramizar las pistas. Algunos instrumentos sonarán más por un lado que por otro; otros como las voces, el bajo y el bombo se suelen colocar en el centro del stereo…

Todo ese tipo de pasos es lo que llamamos mezclar. De una buena mezcla depende en buena medida el éxito de nuestras maquetas.

Pues bien: NUNCA DEBEMOS USAR AURICULARES PARA MEZCLAR. El sonido es aire en movimiento. La confrontación del aire que proviene del canal Izquierdo con el aire del canal derecho produce efectos que no se aprecian si la escucha la hacemos a través de auriculares. Si mezclamos con auriculares podemos llevarnos desagradables sorpresas a la hora de escuchar las grabaciones en otros equipos.

Por último, después de la mezcla llega el proceso de masterización (mastering).

La masterización viene a ser una compresión, ecualización y filtrado que se aplica a toda la mezcla y que le da un toque final “pro” a nuestras grabaciones.

De nuevo no son recomendables los auriculares para estos procesos. Hay técnicos especializados en el proceso de masterización. Una buena masterización nos da ese punto de grosor, contundencia y pegada que esperamos en una grabación “High Level”

La mayoría de los secuenciadores (LOGIC, en Apple, CUBASE y SONAR en PC), disponen de una función de mastering que, en el modo “preset”, nos pone las cosas realmente fáciles. Cada estilo musical requiere un tipo diferente de masterización.

d) Los Micros

Una colección adecuada de micros es ese pequeño gran detalle que puede marcar la diferencia.

Hay tres variables que definen cada tipo de micro:

– Respuesta ante las distintas bandas del aspecto de frecuencias.

– Sensibilidad a los niveles de presión sonora.

– Capacidad para rechazar los sonidos procedentededirecciones específicas.

d.1) Respuesta en frecuencia:

Los diseñadores de micrófonos rara vez buscan una respuesta homogénea a todas las frecuencias.

Cada micro busca enfatizar o atenuar determinadas frecuencias para hacerlos más adecuados para las distintas funciones. Hay micros indicados para grabar voces, para grabar guitarras, para grabar instrumentos de viento, baterías…

Debemos escoger, en este sentido, el que más se adecue al tipo de grabaciones que vayamos a hacer.

d.2) Directividad:

Hay muchos patrones de directividad dentro de los distintos micros. Tenemos los omnidireccionales, que captan sonidos en ángulos de 180º hasta 360º, y están los micros direccionales, que sólo captan aquellos sonidos hacia los que apunta su cápsula.

Para grabar en una sala, con buenas condiciones acústicas y “captar el ambiente”, nos interesan los micros omnidireccionales. Para grabar sólo lo que emite la fuente, lo más adecuado son los micros unidireccionales.

d.3) Sensibilidad:

Según el tipo de micro, podremos utilizar más o menos presión sonora antes de que el micro empiece a distorsionar. Un micro muy sensible es adecuado, por ejemplo, para captar la calidez de una voz susurrante, pero nos dará una pésima respuesta si lo utilizamos para grabar el sonido del Ampli de nuestro colega que está a tope de volumen, sacando todo el metal que lleva dentro.

Ahora bien, ¿Qué tipos de micros podemos utilizar, teniendo en cuenta toda estas variables? Básicamente hay dos:

– Micros dinámicos.

– Micros de condensador.

1) Micros dinámicos:

Son los micros habituales de directo; el clásico es el SHURE SM-58.

Respuesta en frecuencias: Atenúan un poco los agudos y refuerzan determinadas frecuencias para adecuarlos a las distintas tareas. El SM-58; Es el clásico micro para voces y realza las frecuencias en torno a los 600 Hz.

Así que, colorean la señal. También la comprimen un poco, por eso se llaman dinámicos.

Directividad: Son más bien unidireccionales, captan sólo de la fuente, por eso se usan en directo. Evitan que se cuelen las distintas fuentes sonoras que conviven en el escenario. En gran medida “aíslan” a la fuente sonora.

Sensibilidad: Aguantan mucha presión sonora sin distorsionar. Poco adecuados para las sutilezas, pero más robustos, aguantan bien los golpes, la humedad…

Por tanto, los micros dinámicos son ideales para el directo y para grabar fuentes sonoras a mucho volumen. Se usan para grabar guitarras y baterías. Aunque no tienen una respuesta en agudos amplia, eso no es un problema para grabar guitarras y baterías. Además, realzan frecuencias, comprimen la señal, es perfecto. El SHURE SM-57 es el clásico micro utilizado para grabar guitarras eléctricas porque dan más cuerpo al sonido.

2. Micros De Condensador;

Los micros de condensador necesitan una alimentación extra para funcionar. Necesitamos que nuestro equipo de grabación disponga de una entrada XLR con alimentación PHANTOM de 48v. La alimentación se suele activar mediante un conmutador. Si no, el micro no suena. ( Aunque existe una opción; los micrófonos electret. Son como los micros de condensador, pero que al utilizar un electrodo polarizado no requiere de alimentación phantom. En muchos de ellos basta con una pila ).

Respuesta a las frecuencias: los micros de condensador dan una respuesta uniforme, el sonido es más natural, más desahogado (la señal no se comprime).

Sensibilidad: estos micros son muy sensibles, captan los detalles con sutileza. Muchas veces llevan conmutadores de protección para poder utilizarlos con más presión sonora, si no podemos dañarlos.

Directividad: Captan de una manera básicamente omnidireccional, aunque mediante conmutadores pueden funcionar de manera más direccionada.

Así pues, los micros de condensador permiten captar los detalles, los ambientes, los colores. Son más delicados, les afecta mucho la humedad y pueden sufrir daños si los sometemos a una presión sonora elevada sin utilizar los conmutadores de atenuación (en caso de que dispongan de ellos).

El micro de condensador es la elección ideal para grabar voces, e instrumentos acústicos. Dan un sonido brillante lleno de matices. Merece la pena hacerse con uno a la hora de grabar, hay una gran diferencia.

Para grabar voces es muy recomendable utilizar un filtro “ANTI-POP”.

Estos filtros son unas membranas hechas con un tejido específico que se colocan entre el micro y el cantante. Son redondos y tienen el tamaño de un compact disc. El anti-pop evita el petardeo producido por las consonantes oclusivas, sobre todo, las “P” y las “B”. Es imprescindible grabar las voces con un filtro anti-pop para evitar tener que eliminar los desagradables “pops” más tarde. En algunos picos la señal puede distorsionarse.

Podemos fabricar un anti-pop casero con una percha y una media alrededor. Con la percha de alambre damos forma a nuestro filtro y le dotamos de un enganche para fijarlo al pie de micro y con la media rodeamos la percha. Listo. (Éste ha sido nuestro BRICONSEJO de la semana).

Si tenemos problemas de sibilancias al grabar la voz, podemos usar un De-esser (funciona como un efecto).

Abordaremos cómo grabar guitarras un poco más adelante. (micros, colocación, etc…)

e) Mesa De Mezclas

De lo visto hasta aquí…

¿Necesitamos una mesa de mezclas?

Si disponemos del número de entradas y salidas adecuados para nuestros propósitos en nuestro equipo de grabación, la respuesta en NO.

Si utilizamos un porta estudio, éste hace las veces de mesa de mezclas, y si trabajamos con el ordenador, todos los software para grabar disponen de una mesa que podemos manejar mediante el ratón.

Así que, no es imprescindible.

La ventaja de tener una mesa física es que siempre es más agradable tocar botones a mano que con un ratón. Para solucionar esa falta, existen controladores que se conectan por USB-Firewire al ordenador y nos permiten trabajar al modo tradicional “tocabotones”, muy agradable para trabajos prolongados.

Para mi equipo de grabación casero tengo una mesa de 24 canales , analógica , independiente del ordenador. Ésto me permite tener conectados todos los cacharros a la vez. Tengo un micro dinámico en un canal, uno de condensador en otro, un teclado, la pedalera en stereo (ocupa dos canales), un secuenciador y una caja de ritmos que tengo desde hace 20 años, una caja de inyección para grabar bajos, la salida de la tarjeta de sonido del ordenador (en stereo), un reproductor de música… Así, selecciono fácilmente lo que voy a grabar en cada momento. A mano controlo el nivel de entrada y ecualizo un poquito cada cosa.

La mesa dispone de efectos y me permite escuchar con los efectos sin que éstos se graben. Enchufo un micro a la mesa, al cantante le doy una señal de monitorización con Reverb para que cante cómodo, pero la señal que va a la grabadora va sin Reverb; la reverb la pongo en el proceso final de mezcla, que es cuando tomo las decisiones importantes (más reverb, menos, tipo…)

Las salidas de la mesa van a los monitores auto amplificados, a la tarjeta de sonido del ordenador (para grabar), a un equipo de música Hi-Fi y a un grabador 4 pistas de cinta (ya casi no lo uso pero me trae buenos recuerdos!!)

El equipo HI-FI lo utilizo para escuchar las grabaciones a través de unos altavoces distintos a los de campo cercano y hacerme una idea de cómo va a sonar todo en un equipo convencional.

Es posible que algunos hayáis reparado en el detalle de que la tarjeta de sonido “entra” a la mesa, al tiempo que de la mesa, la señal de audio “entra” a la tarjeta. Si la mesa de mezclas dispone de subgrupos, es casi como si la partiera en dos, y la puedo utilizar, a la vez, como receptora (del playback sobre el que grabamos) y emisora de la señal de audio que estamos grabando; y todo al mismo tiempo. Todo esto me permite descargar el trabajo al ordenador (lo que grabo lo escucho a través de la mesa sin necesidad de procesarlo), y puedo trabajar con efectos que escucho pero que no me interesa grabar en el momento.

Mi mesa dispone de dos salidas de auriculares con lo que, al no tener en casa una cabina para grabar (de momento!!),asi, puedo grabar a un cantante sin tener que utilizar los monitores para saber lo que va pasando. De manera que,la mesa no es imprescindible, pero me facilita notablemente el trabajo.

GRABACIÓN DE GUITARRAS

Vamos a ver. Las grabaciones “pro” de guitarras se hacen en salas con unas condiciones acústicas adecuadas. Cómo sería una grabación al mas alto nivel? Ahí va:

Se utiliza, como mínimo, un micro dinámico enfocado directamente al cono del amplificador. Además se suele utilizar al menos un micro de condensador para captar el ambiente.Hay que tener cuidado con los micros de ambiente. Si superan la distancia crítica, es decir, la distancia hasta la que llega el sonido directo, corremos el riesgo de captar sólo reverberacion.

Si el sonido que nos da el ampli tiene poco cuerpo, podemos colocar un tercer micro en la parte trasera, siempre y cuando el ampli tenga una abertura trasera.

El ampli debe estar al mayor volumen posible para que la relación señal-ruido nos sea lo más favorable. Si el ampli es de válvulas debe estar a tope para dar todo su potencial, y debe estar “calentito” para dar su mejor timbre. Por lo menos 2 horas.

Si el bafle del ampli tiene más de 1 cono, habría que dedicar tiempo a ver cuál de los conos es el que mejor suena (no todos suenan igual).

Hay que decidir la inclinación con la que colocamos el micro dinámico con respecto del cono. El micro no debe apuntar al centro de la circunferencia. Cuanto más apunta el micro al cono, el sonido es más agresivo, a medida que lo inclinamos, la señal se va suavizando.

El micro de condensador se debe colocar en el lugar de la sala que tenga la mayor sonoridad para lo que buscamos. Nos damos una vuelta por la sala y colocamos el soporte a la altura y en la posición que más nos convenga.

En esencia, las cosas se hacen así; en un estudio profesional. Pero todo esto son problemas y más problemas en un estudio casero. La mejor opción es reproducir todas estas condiciones de forma virtual. Los multiefectos digitales son la mejor opción para grabar en casa. Lo único que tenemos que hacer es tener la función AMP activada (para simular un ampli), y la función CABINET-SPEAKER SIMULATOR (para simular un ampli, un micro y una sala…).

Conviene grabar las guitarras sin efectos para poder elegirlos posteriormente en el proceso de mezcla. Algunos amplificadores disponen de una salida especialmente diseñada para entrar a la grabadora.

El “line out” de los amplis de toda la vida no es adecuado para grabar porque no posee simulación de altavoces, y el sonido que dan es crudo y estridente (para experimentar no está mal…)

Otra opción es utilizar una simulación vía software. Hay programas que reproducen todo lo necesario, amplis, bafles, efectos… Enchufamos la guitarra a la entrada de la tarjeta de sonido y listo. Podemos grabar con un sonido y en el momento de la mezcla cambiar el ampli, el bafle o los efectos.

Estos programas suelen ir asociados a un hardware. En algunos casos funcionan como grabadora y simulador y, en otros, como satélites (PLUGG-INS) del programa de grabación que hayamos elegido.

Para grabar guitarras acústicas, lo más adecuado es utilizar un micro de condensador, como si fueran voces. Si disponemos de dos micros de condensador, todavía mejor.

Podemos colocar uno apuntando a la boca de la guitarra y otro al diapasón. Los colocamos en ángulo de 90º y grabamos simultáneamente los dos micros en dos pistas independientes. En el proceso de mezcla panoramizamos un poco cada pista (una más a la derecha, otra más a la izquierda) y obtendremos resultados espectaculares.

Las cajas de inyección (DI) permite el acoplamiento de impedancias y pueden convertir una señal no balanceada en una balanceada. Son muy usadas para bajos, ya que evitan los picos de saturación. También se emplean para la guitarra, una vez a pasado por el amplificador, o antes para poder dividir la señal, y obtener dos señales, una limpia directa a mesa y otra al ampli, y disponer de dos señales distintas en mezcla.

CONCLUSIONES

En vista de lo visto, a día de hoy se puede decir que, en un estudio casero casi hay posibilidades de hacer auténticas grabaciones “pro”.

Con un equipo más o menos económico y conociendo bien las herramientas, en casa, podemos llegar sorprendentemente lejos.

Lógicamente, los instrumentos acústicos están muy condicionados por las características de la sala en la que grabemos. Podemos crear una batería con un editor. Si las muestras de batería tienen calidad le dedicamos tiempo a la edición (para “humanizar” las pistas) y tenemos una serie de conocimientos a cerca de efectos y filtros, el resultado puede ser muy “profesional”

Hay estilos de música relacionados con el dance, tecno… etc., que prácticamente, se pueden grabar en un estudio casero.

Si tenemos un buen emulador de amplis de bajo, este instrumento en casa puede llegar a sonar muy convincente. Lo mismo pasa con las guitarras. Con el teclado no hay problema. Con las voces ya estamos más condicionados por la sala, la calidad de los micros y los previos con los que vayamos a grabar.

En definitiva es una cuestión de muchas veces de “manitas”, oído y sentido común, más que de grandes presupuestos.

La grabación digital nos permite afinar, cortar, pegar, duplicar…, hasta un nivel casi microscópico. No obstante, no conviene dejarse cegar por la tecnología. Podemos grabar 10 pistas para una misma voz solista y hacer posteriormente un “composite” con las frases, palabras o incluso sílabas que mejor hayan quedado. Afinar las partes mal ejecutadas y corregir el tiempo, si no ha habido buena ejecución. Pero esto, por un lado, es un trabajo de seres amarillos con los ojos rasgados y, por otro lado, NUNCA SUSTITUIRÁ la emoción y la frescura de una buena toma. Lo importante no es tanto la perfección sino, la emoción.

He escuchado trabajos de “composite” digital, de altísimo nivel, y el resultado era ROBOTICAMENTE perfecto.

La clave de una buena ejecución es, por un lado, el TIEMPO y, por otro lado, la AFINACIÓN.

Para que nuestra ejecución sea lo más precisa posible debemos ensayar todo lo que podamos, poder grabar de un tirón y poder concentrar nuestras energías en la “emoción” de lo que estamos grabando.

Hace falta buena ejecución (mucho ensayo) y, por otro lado frescura y sentimiento en el momento de grabar, sobre todo, en las partes solistas.

Para que el “timing” sea óptimo, lo más recomendable es grabar siempre con una claqueta de referencia. Para estar cómodos con una claqueta grabando hace falta mucha práctica (esto va por todos pero, sobre todo, por los baterías)

Que un músico necesite una claqueta para grabar no es una humillación. Al contrario, significa que le gusta hacer las cosas bien. Y ojo, no se aprende de un día para otro a grabar con una claqueta; requiere mucha practica.

Para captar el sentimiento, lo mejor es no repetir las tomas demasiadas veces. En mi caso, a partir de la 3ª o 4ª toma, empiezo a estar un poco harto de lo que grabo y dejo de “creérmelo”. Prefiero una 1ª o 2ª toma con algún fallito, pero con vida, sobre todo en las grabaciones mías. Si grabo para otros arriesgo menos, busco una ejecución perfecta, con emoción pero, a ser posible, en primera o segunda toma (sé que el productor y el técnico me lo van a agradecer).

Para grabar las voces, lo mejor es crear un ambiente distendido. Los cantantes suelen tener la voz a pleno rendimiento, normalmente al final del día. Grabar por la mañana suele tener peores resultados para las voces. Si grabamos voces con miedo a molestar a alguien, nuestras grabaciones se resentirán mucho, sobre todo si lo que grabamos tiene marcha. Hay que buscar las condiciones para poder sacar “ese pedazo de artista que llevamos dentro”, sin estar cortados o preocupados.

Para que la afinación de lo que grabamos sea óptima, conviene tener la guitarra en buenas condiciones. Cuerdas nuevas (para cada día de grabación) y el instrumento octavado. Las cuerdas de guitarra acústica empiezan a perder brillo a partir de la primera hora.

El afinador debe estar muy a mano y, hay que afinar la guitarra / bajo prácticamente en cada toma para evitar sorpresas.

En el momento de hacer las mezclas debemos evitar los “clips” en todas las pistas. Es decir, que la ganancia nunca pase del nivel de 0db, vamos, que no llegue al rojo. Sobre todo en los equipos digitales. Si el equipo es analógico, lo ideal es que todas las pistas “piquen” un poquito sobre el rojo. Así, si queremos que algo destaque, lo que hay que hacer no es subirlo y que pique, si no bajar el resto. El lema es “menos es más”.

Para dar sensación de tridimensionalidad, debemos colocar los diferentes elementos de la grabación a ambos lados del stereo. Voz, bajo y bombo, suelen ir centrados, el resto hay que ponerlos hacia un lado y hacia otro para crear espacio.

Por medio de la Reverb y el Delay alejamos y acercamos los distintos elementos. Un instrumento con mucha Reverb, suena lejos, como al final de un pasillo. Un instrumento sin Reverb, suena como si el ejecutante estuviera subido en nuestra nariz. Por eso conviene no grabar los instrumentos con Reverb.

“Alejar” una pista es fácil, más Reverb y listo, acercar es complicado. Si nos hemos pasado de Reverb al grabar , la cosa no tiene una buena solución.

Finalmente, repartimos todas las pistas en dos ejes: derecha-izquierda, y delante-detrás.

Cuando vamos grabando pistas para tener referencias utilizamos lo que se llama una “premezcla”, unos niveles determinados, unos efectos para hacernos más fácil la ejecución.

En un proceso final de mezcla “pro”, lo más interesante es empezar de cero de nuevo. Se quitan todos los efectos, se ponen todos los niveles a cero y se hace todo de nuevo.

Los procesos de mezcla y de grabación cansan a nuestro oído, que no responde de la misma manera cuando lleva horas de trabajo. Esto hay que tenerlo en cuenta.

Una buena manera de mitigar este efecto es escuchar las mezclas varias veces, con días de separación para asegurarnos de que todo está O.K.

Como todo, grabar, mezclar, microfonear, son actividades que mejoran con la práctica. Una de las características que definen a alguien que ha grabado mucho, es que, cuando está en situación de grabar, sabe perfectamente lo que quiere en cada momento.

En fin, nada más. Que disfrutéis mucho grabando y grabando. No os desaniméis cuando los resultados no sean los esperados. Para el que no se ha grabado nunca ya le anticipo que, probablemente, se lleve una GRAN DECEPCIÓN cuando se escuche por primera vez, pero bueno, es bastante normal!!!

Abril 2010.

Agradecimientos a Irene Delgado por sus consejos y su colaboración en este artículo.