Biblioteca de la Guitarra y Cuerda Pulsada

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Autor: Desconocido

El guitarro, padre del ukelele

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Lo definen como un instrumento de cuerda exportado por el archipiélago estadounidense de Hawai, parecido a la guitarra, pero más pequeño y con cuatro cuerdas de tripa o nailon.
El ukelele, siempre asociado con la música y la danza Polinesia está en auge. No hay más que darse una vuelta por los escaparates de los locales especializados en música para ver que los hay de todos los tipos y colores. Los grupos de música indie han tenido algo que ver en ello.
En realidad se trata de una más de las americanadas que importa este país, sin ni siquiera indagar cuál puede ser el origen de este instrumento con tan característico sonido.
El musicólogo Julio Guillén sabe muy bien de lo que habla. Parte de su tesis doctoral la basó en el estudio de los diferentes tipos de guitarra que a día de hoy se tocan en las localidades murcianas de la Sierra de Segura, Moratalla y Caravaca de la Cruz, donde la Hermandad de Ánimas lleva manteniendo las tradiciones musicales y populares durante más de un siglo, utilizando guitarros y cabaquinhos portugueses, éste último padre del ukelele, ya que fue introducido en Hawai en 1880 por inmigrantes portugueses.
«La guitarra es una familia en sí, no solo un instrumento». Es la conclusión de Julio Guillén, quien explica que, tras la guitarra de seis cuerdas que popularmente se conoce, hay toda una serie de guitarros, entre comillas, «guitarras más pequeñas», simplifica. En el análisis para su tesis, Guillén comprobó que en Caravaca de la Cruz -municipio cercano a los albaceteños Nerpio y Socovos- siguen utilizando hasta siete variedades diferentes entre guitarras y guitarros, mientras que en la provincia de Albacete, rondas y cuadrillas mantienen el conocido requinto (es lo mismo que el guitarro), un pequeño instrumento con cinco cuerdas y una sonoridad muy suya.
El origen de todos estos guitarros, requintos, tenores y cabaquinhos está en la guitarra, instrumento que surgió en España en el siglo XVI con cuatro cuerdas dobles, número que subió a cinco dobles a mediados del mismo siglo. Fue a finales del siglo XVIII cuando empieza a tener seis cuerdas dobles, que se quedaron en simples a principios del XIX, la que se conoce en la actualidad. Es curiosamente en los pequeños instrumentos de cuerda pulsada donde se puede admirar la evolución de la guitarra, en esos requintos y guitarros con cinco, cinco dobles o cuatro cuerdas, que son estadios anteriores a la actual.
Julio Guillén sitúa estos guitarros al principio del siglo XVII, «hay idea de que podían existir pero no está muy claro». Sí es verdad que en el siglo XVIII se habla del «tiple de guitarra» (soprano). El caso es que hace ya varios siglos que estos pequeños instrumentos, con notas más agudas, fueron fabricados, vendidos y tocados para complementar el sonido de la guitarra.
Además, estos artilugos de cuerda pulsada no han evolucionado con el paso de los años, llegó un momento en el que se quedaron desfasados de tal manera que en el siglo XXI es casi imposible encontrar una guitarra de cinco cuerdas dobles. Para ello, «te tienes que ir a determinadas zonas de la Región de Murcia, como Caravaca de la Cruz o Lorca, donde recientemente han publicado un catálogo con 30 instrumentos antiguos», explica Guillén..
Aunque en la lejanía puedan resultar similares, requinto, guitarro atiplado, guitarro, cabaquinho portugués... no suenan igual, cada uno tiene su propia sonoridad, su afinación y, por eso, un nombre distinto: «Las personas mayores que no habían estudiado música, pero que la sabían por tradición oral, sabían qué cuerdas ponerle a cada instrumento, cómo afinarlo, cómo tocarlo y eso no lo sabía hacer todo el mundo; lo curioso es que esa forma de poner las cuerdas y de afinar son conocimientos que aparecen en tratados de guitarra de los siglos XVII y XVIII, y yo tuve la oportunidad de que me lo contase gente que no había visto esos tratados, lo que significa que esos conocimientos se han ido transmitiendo por la tradición oral».

Menos frecuente. Guillén asegura que el guitarro es, de toda esta familia instrumental y sin tener en cuenta a la madre, el instrumento más extendido por toda España, especialmente por las formaciones de folk, rondas y cuadrillas. «La Ronda de Motilleja y otras agrupaciones de La Manchuela lo siguen usando, aunque aquí solo queda esa variante, el guitarro de cinco cuerdas».
Su propagación por la Península Ibérica obedeció a su fabricación en serie, las que se compraban en la provincia de Albacete procedían de las industrias valencianas que los traían hacia la zona de Murcia y de La Mancha.
Lo difícil ahora es encontrar un guitarro, requinto o tenor original, pero no es difícil de tener una de estas pequeñas guitarras, con sonido más auténtico y español que el ukelele. Basta con acudir a un buen guitarrero y encargarlo porque, hasta donde conoce Julio Guillén, los guitarreros actuales tienen las plantillas para construirlos, eso sí, tiene que ser un «guitarrero con conocimientos» pues hay que ser muy fino para conseguir la sonoridad innata del guitarro, ya que antiguamente se construía con técnicas muy rudimentarias pero efectivas, en las que se utilizaba muy poca madera para que sonara mucho. Pero ahora, fruto quizá de la propia evolución de la guitarra, «les meten muchos elementos y más madera que provocan que el guitarro tenga menos resonancia; los hacen como si fueran guitarras pequeñas y no lo son». Lamenta que fuera de la música tradicional, la gente no sepa lo que es un guitarro o un requinto, no conozca que son instrumentos muy españoles surgidos de la guitarra y, sin embargo, el ukelele se haya popularizado, especialmente entre los más adolescentes a raíz de los grupos indie que lo han puesto de moda.
Para este musicólogo de Albacete, la principal diferencia entre un ukelele y un guitarro español es su precio: mientras el primero se fabrica en serie y cuesta alrededor de 50 euros, el segundo hay que encargarlo a propósito y su precio puede rondar los 400 euros. También hay diferencia en el número de cuerdas, cuatro el instrumento hawaiano, cinco el español, pero la afinación es la misma. «Estaría bien que algún grupo o cantante de pop empezara a utilizar un guitarro, se sorprendería de su sonoridad». Transcurrido el tiempo, hoy muchos de estos antiguos instrumentos son verdaderas piezas de museo y otros están muy bien custodiados, pues se trata de joyas de mucho valor antropológico, etnológico, histórico, musical y patrimonial.

 

 


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