Biblioteca de la Guitarra y Cuerda Pulsada

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Caracoles (Cantiñas)

Los Caracoles pertenecen también al grupo de las cantiñas, cante inspirado en los pregones que, como la verdulera, la caracolera o la castañera, abundaban en el Cádiz del siglo XIX. Recibe este nombre a partir del estribillo con que se remata el cante. Tío José el Granaíno es considerado como el creador de la versión flamenca de estos cantes que a su vez introdujo en los cafés cantante madrileños como una cantiña para bailar. Como ocurre con muchos otros cantes flamencos, los caracoles fueron engrandecidos al rango propiamente flamenco por Antonio Chacón, quién con su peculiar inspiración los arregló citando en la primera parte tonos de romeras y de otras cantiñas, convirtiéndolos en un cante para escuchar. Una de las letras grabadas por Chacón la encontramos en la zarzuela de Soriano Fuertes "Jeroma la castañera" de 1843. Son muchos los que quieren ver en este cante cierto origen madrileño, debido a la copla que Antonio Chacón, variando el primer verso (La gran calle de Alcalá por Santa Cruz de Mudela), dio a conocer por caracoles en los cafés cantante de la capital española. Los tercios de los caracoles se encadenan (ligan), como en el mirabrás, a modo de pregón. Es característico de este género que la guitarra acompañe con el acorde de Do Mayor. Además destaca el barroquismo de sus tercios, así como la utilización de variaciones en el ciclo armónico con respecto al de otras cantiñas, con incursiones al modo menor y al modal andaluz, regresando no obstante al mayor característico de las cantiñas. Los caracoles, como el resto de las cantiñas, se adaptan a la métrica de la soleá (ver reloj). La forma melódico-poética que se adopta en los caracoles es la siguiente: la primera copla en una tesitura grave, la segunda más brillante, después una copla de cambio, y finalmente el pregón que caracteriza el género.

Desde su triunfo absoluto en el Concurso de Córdoba, Fosforito encontró en el cante por caracoles, que en los años 20 Antonio Chacón había reformado y fijado musicalmente, un traje hecho a su medida; un estilo que discurre entre pregones y se dice de manera corajuda y rítmica. Por momentos abandona la tonalidad mayor para jugar sobre la escala andaluza. Donde más se aprecia esta modulación es cuando se canta: "A donde para Curro Cúchares, El Tato y Juan León", lo que marca una peculiar singularidad de esta cantiña.

Rosa Durán hizo una verdadera creación coreográfica sobre el cante de caracoles. Con las guitarras añejas de Niño Pérez y, su mano derecha, Pedro del Valle Pichardo, Perico el del Lunar (Jerez de la Frontera, Cádiz,15/5/1894 - Madrid 27/3/1964), más el cante absolutamente grande de Pericón dispone Rosa una verdadera joya del acervo flamenco. El cante que está dicho con plena fidelidad por el gran Pericón. La bata de cola, con la que se suelen bailar, da espectacularidad a un estilo de por sí sorprendente por su magnífica estructura musical.



 

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