Biblioteca de la Guitarra y Cuerda Pulsada

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Martinete

"Alrededor del martinete se han forjado una serie de hipótesis infundadas, por cuanto que de él nada se sabe". Así de radical inicia el comentario de este palo Hipólito Rossy, en su "Teoría del cante jondo". No obstante está generalmente aceptado por los especialistas que el martinete pertenece al grupo matriz de las "tonás", del que se fue desgajando hasta adquirir personalidad propia. Es un palo que se encuadra dentro del grupo de los llamados "cantes a palo seco", es decir, que se realiza sin acompañamiento instrumental. Asimismo, una gran parte de los estudiosos han coincidido en señalar las a las fraguas como el lugar donde comenzaron a gestarse este tipo de cantes, en razón a que los fuelles gemelos que se utilizaban en las fraguas se denominaban martinetes. Según Garcia Matos, existen dos especies de martinete: el "natural" (con antecedentes en los cantos de ronda extremeños) y el "redoblado". La copla del martinete es una cuarteta octosílaba y se canta sin repeticiones en el martinete "natural" y con repeticiones en el martinete "redoblado". Para cantar el martinete es necesario que el cantaor posea grandes facultades; es un cante duro y tiene mucha dificultad poder con todos sus tercios y expresar, al mismo tiempo, la fuerza dramática que cobija cada una de sus letras. Por ejemplo:


  • A mí me llaman el loco
    porque siempre voy callao;
    llamarme poquito a poco
    que soy un loco de cuidao


  •  

El sentido de la expresión del martinete siempre será serio, y , a veces, desgarrador:


  • Alza la voz pregonero;
    levanta la voz y di:
    no hay deuda que no se pague
    ni amor que no tenga fin.


  •  

O esta otra:


  • Desgraciao aquel que vive
    Y come pan de mano ajena
    ¡Siempre mirando la cara
    si la pone mala o buena!


  •  

Ha sido objeto de justa crítica el acompañamiento que muchas veces lleva el canto del martinete, consistente en tratar de reproducir, a la par del cante, el sonido de los golpes sobre el yunque, con objeto de crear la atmósfera artificiosa del cante en la fragua. Tal estampa puede ser representada en un teatro o al grabar un disco, pero dificilmente se ha podido dar en la vida real, porque el esfuerzo que requeria el trabajo de fragua haría imposible simultanearlo con el impulso sobrehumano que requiere el canto del martinete. El martinete era un cante casi olvidado y fue la iniciativa de D. Manuel de Falla al anunciar el Concurso de Cante Jondo de Granada, el año 1922, y poner juntos como palos a interpretar al martinete y la carcelera lo que hizo que se recordara al martinete.Después Manuel Centeno lo metió en la saeta (saeta por martinetes). José Blas Vega, en la presentación de la Magna Antologia del Flamenco, agrupa al martinete en tres escuelas: -El Puerto de Santa Maria, estilo de caracteristicas personales poco conocidas. -Jerez -Triana, donde tuvo lugar la mejor tradición y especialización de estos cantes, en las fraguas gitanas de los Pelaos, los Caganchos y los Puyas, cuyo heredero directo fue Pepe el Culata.

DISCOGRAFÍA RECOMENDADA:

  • Magna Antología del Cante (Hispavox)
  • Por tonás, deblas y martinetes (Hispavox)

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