Pedales de boost. Cuándo y para qué usarlos
Hace un tiempo solía utilizar una unidad de efectos análogos en rack Ibanez UE400. Siempre me ha gustado el tono del overdrive clásico de este fabricante. Lo cierto es que esta unidad contenía un compresor, el cual le daba a la señal saturada un sostenimiento natural y sumamente agradable.
Con el tiempo empecé a adquirir pedales de piso y el rack pasó a un segundo plano. Lo curioso es que nunca reemplacé el compresor de aquella unidad Ibanez, la razón por la cual no lo hice fue porque encontré algo de lo que andaba buscando con el uso de los pedales de boost.
Es interesante establecer la diferencia entre estos dos efectos para entender la aplicación que actualmente le doy a dichos pedales. El compresor como su nombre lo indica “comprime” la señal de entrada de manera que toma los sonidos de menor potencia y los incrementa, y los sonidos más fuertes y los atenúa; dando uniformidad a la señal y reduciendo el rango dinámico del sonido. Todos presentan un control de nivel que básicamente ajusta la potencia de la salida. La gran mayoría de los guitarristas usa este control para dar mayor volumen al sonido de sus guitarras a la vez que tienen el efecto de la compresión. Normalmente los compresores son activados durante los solos de manera que el sonido de la guitarra sobresalga.
Por su parte los efectos de boost tienen dos funciones: la primera y esencial es aumentar el nivel de la señal respetando la dinámica y todos los elementos involucrados en el sonido del instrumento (maderas, micrófonos, picking, etc.). La segunda dependiendo de la marca y la fabricación, es dar (a parte del incremento del volumen) cierta coloración al sonido (algunas de estas unidades son denominadas como “treble boost” o boost de brillos).
La función de los boost de brillos es afectar las frecuencias altas de manera que al hacer uso de un pedal de ganancia se evite la perdida de definición y separación del sonido por el incremento en el contenido armónico de la señal. Muchos pedales de ganancia tienen a empantanar el sonido cuando se activan, al incluir un boost de brillos en una etapa previa se trata de compensar la entrada a tales pedales de manera que su salida sea balanceada en todo el rango de frecuencias, conservando la claridad de cada nota ejecutada.
En la imagen se puede apreciar el set de efectos que actualmente uso, presenta un total de 4 etapas de ganancia que explicaré a continuación (dos de estas etapas están constituidas por pedales de boost).
Veamos el orden de los pedales: Boss TU-3 (afinador) — Vox 847 (wah) — Fuchs Pure Gain (booster) — Okko Diablo (overdrive) — Fuchs Extreme Cream (overdrive) — Keeley Time Machine Boost (booster) - Moogerfooger (phaser) — Malekko (delay).
Las dos etapas de ganancia principales en esta cadena son el Diablo y el Extreme Cream. Siempre he preferido utilizar dos pedales de overdrive a uno de distorsión, ya que el overdrive se presta más para la manipulación y la obtención de un sonido final más balanceado. La verdad es difícil tratar de modificar un sonido completamente saturado como el de la distorsión.
Existen dos posibilidades para la ubicación de los pedales de boost: la primera antes de los pedales de ganancia (overdrives y distorsiones). El efecto del boost antes de estos pedales es de pre-calentamiento de la señal (pre-saturación) de manera que ésta tiene un mayor nivel al entrar al pedal de ganancia. Técnicamente al aumentar la señal, también se está modificando el comportamiento del “envelope” (este es un término que proviene de las disciplinas asociadas a la grabación de sonido y hace referencia a los tiempos de: ataque — caída — sostenimiento — liberación del sonido), con lo cual se obtiene un beneficio agregado de mayor sostenimiento del sonido.
La segunda opción consiste en ubicarlos después de los efectos de ganancia, con lo cual el pedal de boost asume una función de control de volumen. Este es el uso original que venía dando a estos pedales, básicamente al momento de interpretar un pasaje solista se activa el boost (post-ganancia) con lo cual se aumenta el volumen y se dá una mayor presencia a la guitarra dentro de la mezcla del sonido completo de la banda.
Podríamos pensar que no hay beneficio alguno en usar dos pedales de boost cuando podemos tener un efecto similar con un pedal de compresión. La respuesta es simple: con el compresor se afecta la dinámica de la interpretación, mientras que con el boost todos esos elementos se mantienen. Finalmente todo se reduce a una cuestión de gustos y muy seguramente de espacio en nuestra pedalera.
Finalmente es importante tener en cuenta que los pedales de boost siempre van a cumplir con una función de pre-calentamiento con respecto a nuestro amplificador (al estar ubicados antes de la etapa de preamplificación). El mayor volumen obtenido con su activación alimenta el amplificador con una señal más fuerte y genera una saturación más temprana (esto es especialmente cierto en amplificadores de tubos). Luego podemos usarlo en forma independiente para llevar a nuestros amplificadores de tubos a un overdrive natural.
Espero que esta información les sea útil y empiecen a experimentar con sus pedales!. Hasta la próxima.