Con ciertas marcas, los guitarristas lo tenemos claro. Pese al reciente aumento de los gurús pedaleros (capaces de recrear la circuitería de los pedales más antológicos) y las circuiterías virtuales de las pedaleras y amplificdores modernos, muchos músicos siguen siendo fieles a sus “stomp boxes”, los pedales de toda la vida, y no hay otro fabricante que haya podido hacer sombra a Boss si hablamos de pedales para guitarra eléctrica. La práctica totalidad de nosotros ha adquirido su primer pedal de distorsión Boss en la tienda del barrio. Muchos modelos siguen en línea de producción después de décadas, y otros van evolucionando, reinventándose con prestaciones superiores (Flangers, Phasers, Delays digitales, Compresores, Octavadores, etc…). Si echamos un vistazo a la web del fabricante (www.bossus.com), constatamos que el catálogo de pedales compactos es relativamente escaso si pensamos en la enorme variedad de pedales que Boss ha comercializado a lo largo de los años. Muchos modelos son piezas de coleccionista, y se llegan a pagar varios cientos de euros por los modelos más cotizados en Ebay. El culto al pedal analógico y/o “Vintage” queda patente en países como Japón o Estados Unidos, en los que probar un pedal es toda una experiencia: raras veces el vendedor se queda pegado al posible comprador. Consciente de la importancia que el músico otorga a la búsqueda de su sonido particular, el tendero de turno averiguará las necesidades del cliente y pondrá a su disposición todos los artículos de su stock particular para satisfacer al comprador, que podrá recrearse tranquilamente en su...