Biblioteca de la Guitarra y Cuerda Pulsada

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Garcia, Luis (Argentina, S. XX)

Payador guitarrista, argentino. Nuestra admiración, como todo argentino, para estos artistas, lo justifica su propio mérito y el entusiasmo que sentimos por el. folklore que ellos cultivan, siempre acompañados con la guitarra. Luis García es un diestro ejecutante de este instrumento. De su actuación como payador y guitarrista damos una muestra con el siguiente programa conseguido al azar, con sus correspondientes versos. rasguidos y floreos: PARTE: 1 º, Canciones. 2º, Pericón por María, solo de guitarra. 3º, Improvisación sobre el artículo de fondo de '"La Prensa", día de la fecha. 4º, "'Adiós".

Prestigiosos escritores argentinos como Edmundo Montagne, Carlos Vega y otros, han dedicado importantes trabajos al que nos ocupa. Nuestro empeño por aquellos que fueron trovadores, como por los "'tocaores" hispanos, es mostrar a estos artistas en su justo valor; para ello transcribimos de la Revista Musical Ilustrada "'Tárrega", nú­mero 28, perteneciente a Noviembre de 1926, este notable artículo, muy elocuente, de Carlos Vega (ver) "'Luis García, Payador Nacional". '"Pardo y rechoncho, con su eterna guitarra en la diestra, pequeña resultó la patria entera para su infatigable planta de cantor nómada. ¿Qué pueblo remoto no se agrupó junto a su tribuna y quién no escuchó las prodigiosas improvisaciones de este cantor sencillo, grande e incomprendido? Después de escuchar a García, la posibilidad de Santos Vega se afirma, en la gran nebulosa de la leyenda. No es dudosa la pasada existencia de un payador invencible. Luis García es un testimonio vivo de posibilidades, valorado por su propia rareza, casi viviente, de una estirpe de cantores que languidece definitivamente. El mérito extraordinario de García, corno improvisador, estriba en su impecable versificación, y nada sería ésto si lo versificado no fuera una sucesión de pensamientos claros concisamente vertidos. García respeta, inflexible, la preceptiva literaria, que conoce y domina; vése, en este caso, cómo el cantor dotado por naturaleza, enriquece su intuición con el auxilio del estudio. Porque García no es obra del azar. El tiene una conciencia profunda del trabajo que desarrolia.

En materia de teoría literaria llama a las cosas por su nombre y da la sensación de encontrarse en una región familiar. Sus cuartetas, quintetas u octavas -domina todas las estrofas, inclusive una décima maravillosa-. son rigurosamente escolásticas en cuanto a la medida y a la consonancia. Emplea únicamente la rima perfecta. No he oído jamás a García una estrofa asonantada. Tiene un respeto religioso por el consonante, y le he visto en una situación de apremio, sacrificar el pensamiento antes que la rima. Pero ¿qué presupone esta sencilla reunión de circunstancias? Un ser humano que en todo momento habla en verso impecable, con propiedad y claridad, mientras tañe su guitarra, es sencillamente un personaje único, que pasea sus privilegios naturales entre la turba pueblerina ingenua e incomprensiva. Era su destino. Aquello de Martín Fierro: '"Desde el vientre de mi madre vine a este mundo a cantar", no es, de ningún modo, una hipérbole gaucha.

En presencia de Luis García, es necesario creer que las vocaciones tienen, aun dentro de cada arte, su minuciosa orientación. García no habría triunfado en cualquier otra actividad artística. Bien lo prueba un detalle curiosísimo: nuestro payador escribiendo con lentitud, no consigue superar la belleza .de los versos que improvisa. Aquí suele formular el moreno un pensamiento interesante: '"La erudición -dice- no es la improvisación". García quiere significar que el conocimiento previamente acumulado resta dificultades y desvaloriza el arte de improvisar, ya no es improvisación; es recordación, y no es que él mismo haya renunciado al auxilio del conocimiento, no; García aclara su pensamiento en esta frase: '"Lo capital es fa inventiva, no la memoria"", y. en efecto, ¿de qué vale el estudio si, como a García en cierta oportunidad, le pedirán que cante sobre "'un loco frente a un espejo"? ¿No, resulta imposible prever la infinita variedad de asuntos que pueden concebirse? García debió contestar en cierta ocasión: ¿Por qué la Venus de Milo tiene los brazos cortados? Yo mismo he preguntado al moreno cuál fué entonces su respuesta. Porque no basta saber que la Venus fué hallada en 1820; que se discute aún si es la Venus de Milo o la Afrodita de Melos; que expresa serenidad y energía, etc. La pregunta es otra. Hay que contestar porqué tiene los brazos cortados; y García, merced a su formidable inventiva, sale del aprieto examinando rápidamente las más importantes razones que puede concebir un cerebro largamente ejercitado. La mayor satisfacción para el cantor moreno es la de encontrarse en presencia de un asunto absolutamente nuevo y desconocido. Entonces quiere él que se aprecie. Pero la casi totalidad de su público está muy lejos de sospechar el mérito de Luis García. En algunos pueblos remotos no tiene éxito ni fortuna. Su voz no es clara ni potente y su gran capacidad para la improvisación no es comprendida. San Antonio de Areco presenció, hace ya muchos años, la memorable payada en que García quiso disputar renombre y gloria al célebre payador Gabino Ezeiza; cantaron toda una noche: no hubo decisión. Cuando Gabino murió, a los 60 años de edad, García quedó dueño del campo. Su fama es mucha en todo el litoral argentino y en la Pampa Central, donde pasó los cinco primeros años de su adolescencia; García nació en Buenos Aires de padres criollos y pardos, y tiene en la actualidad muy cerca de 50 años. No habrá quien le suceda. Veamos, pues, al último documento vivo de una estirpe netamente americana. Nos resultará siempre asombroso el arte extraordinario de este gran moreno que puede repetir con justicia aquellos ·versos del poema clásico:
"Yo soy por juera tinieblas y por dentro claridá.

Diccionario de Guitarristas. Domingo Prat (1934)


 

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