Se distinguió como guitarrista ejecutante en el género andaluz. Natural de la ciudad de Ronda que ostenta el monumento de su esclarecido hijo, el divino de la guitarra: Espinel, a quien Bravorindió un homenaje a su manera, en lo típico de sus ejecuciones. Cuando España perdiera, en 1898, su última prenda americana - Las Antillas - la fama de Bravo adquirió un franco carácter de popularidad. En esa época de vergüenza para su patria, cuando en nombre de un Dios que no sentían y de intereses no españoles, sino personales, mandaban a las islas capullos de juventud, sana y vibrante, y estas devolvían al cabo de un tiempo, carne de hospital, endémicos y ponzoñosos, Bravo Casimiro prestó una y mil veces su colaboración guitarrística para ayudar a las víctimas, que no lo eran de las balas de los ejércitos enemigos, sino de la propia monarquía exortante que tendría que caer, por fin, en 1931. Al comenzar el actual siglo, este ejecutante estaba radicado en la ciudad de Málaga, donde gozó de fama y respeto en el arte de "Paco Lucena.

Diccionario de Guitarristas. Domingo Prats (1934)