Célebre tratadista de su época; gloria por cierto en estos trabajos. Mucho quisiéramos decir de este famoso autor; pero habiendo consultado su dilatado e interesante tratado ( en la Biblioteca del Palacio de la Diputación de Barcelona) , y no habiendo podido estudiarlo detenidamente como merece, recordaremos el notable estudio que al respecto hizo el muy erudito musicógrafo Felipe Pedrell, en "Los Músicos Españoles antiguos y modernos en sus libros", etc., en las páginas 40 a 69, Tomo I, año 1888, Barcelona. Dicho trabajo de Pedrell es de mucho valor; necesario sería reeditar la obra del Padre Cerone, y en ella y a continuación incluir lo que dice de él el historiado Pedrell. El tratado "El Melopeo", que contiene su portada a dos tintas, negra y colorada, se anuncia así:
El Melopeo / y Maestro, / Tractado de Música Theorica y Pratica: / en que se pone por extenso, lo que uno para hacerse perfecto Músico ha menester saber: y por mayor facilidad, comodidad y claridad del Lector, está repartido en XXII Libros. / Va tan exemplificado y claro, que cualquiera de mediana habilidad, / con poco trabajo, alcanzará esta professión. / Compuesto por el R. D. Pedro Cerone de Bérgamo: / Músico en la Real Capilla de Nápoles. / Los Libros de las materias que en este Tractado se contienen, se verán en la plana que se sigue / Libro Primero. / (Gravado representando Apolo y las Musas) / En Nápoles, con licencia de los superiores / por Juan Bau· tista Gargano, y Lucrecie Nucci, Impresores. / Año de nuestra saluación de MDCXIII.
En esta obra han tenido mucho que hacer personalidades bien cultas, como el ya mencionado Pedrell y el gran músico y filósofo, Padre Antonio Exmieno (1729-1808) éste molestado quizá por las muy dilatadas y no menos embrolladas explicaciones de El Melopeo, que contiene la respetable cantidad de 14 páginas de preliminares seguidas de 11 60 páginas de texto, le movió a dedicarle un párrafo en la Primera Parte, capítulo VI, en su obra titulada D. Lazarillo Vizcardi, que dice así:
"Mientras así decía Agapito, Lazarillo, vueltas dos o tres hojas, se detuvo a contemplar el reverendo retrato de Cerone, que realmente parece un jurado en día de procesión. Vanle haciendo corte quince poesías latinas, tres castellanas y cuatro italianas (compuestas sin duda e impresas sin licencia del autor) ; pero sin el título que las comprendiera todas: "lVlusarum utium", esto es, las Musas napolitanas no tenían otra cosa que hacer. En zaga de este carromato de musas, sigue el autor con este apóstrofe: "A los amantes de la brevedad", para curarse en sana salud y responder a los que le pudieran criticar de haber escrito un tan grueso tomo en folio ( 228x190 mm.) en materias que, purgadas de fábulas y sandeces, caben en el tamaño de un LUNARIO", etc.
Cerone nació en Italia (1566-1613?) . Natural de Bergamo en dondo empezó a la par de sus estudios religiosos, los musicales. En el año 1592 pasó a España como músico de cámara ele! Rev Felipe II y después de Felipe lll. hasta el año 1608 que regresó a Italia para tomar el cargo de músico de la Real Capilla de Nápoles, puesto que desempeñó hasta sus últimos dias. Los 16 años que estuvo en España, fueron de buena labor, compenetrándose de las ideas y costumbres musicales de aquella época. Su libro, El Melopeo, tan discutido y consultado, es buena muestra del gran conocimiento que poseia de la mamá vihuela, que ya iba acompañada de la mano de la jovencita guitarra.
Diccionario de Guitarristas. Domingo Prat (1934)