Compositor y guitarrista amateur, argentino, de principios del siglo pasado, hijo de un médico sevillano. Fué un gran amigo de los primeros cultores de la guitarra en la Argentina, como el gran poeta y sociólogo Esteban Echeverría, el doctor Nicanor Albarellos y el diputado nacional Pedro Esnaola.
Se ha dicho insistentemente que Esteban Echevecria fué el introductor en Buenos Aires de la escuela que cultivaron los grandes guitarristas europeos de la época: Sor, Aguado, etc., pero en verdad, gracias a los preciosos datos que poseemos, aseguramos que la gloria pertenece al doctor Fernando C. Cordero. No se sabe si Echeverria cultivaba la guitarra con buenos conocimientos musicales como para ser el introductor de una determinada escuela; sobre esto no existen datos precisos; sólo dicen ciertos biógrafos, que tocaba muv bien la guitarra, y según Juan María Gutiérrez, el más claro en este rnso, "Echeverria se preciaba de pertenecer a la escuela del maestro Sor, y de interpretar con inteligencia la música sabia de Aguado. escrita especialmente para el diapasón de la vihuela".
Claro que estas palabras no las vamos a tomar tal cual fueron escritas por Gutiérrez, pues dudamos que un hombre de la inteligencia de Echeverría, y al que nadie anotó un gesto de autoelogio, "se precie de tocar con inteligencia" la música de Aguado. Ahora bien: Fernando Cruz Cordero ha escrito muchas composiciones originales para guitarra, como se verá más adelante, lo que señala su cultura musical y sobre todo guitarrística; el gran poeta Echeverría, en cambio, jamás ha escrito una composición musical, lo que indica que su inclinación al instrumento era un mero pasatiempo de aficionado a la ejecución.
Luego, Fernando Cruz Cordero se ha preocupado siempre por la didáctica guitarristica, como lo demuestra un método que para el instrumento ha escrito, y que conservamos en nuestro poder, en manuscrito original y donde salta a la vista, de inmediato, la influencia y enseñanza de maestros europeos. Se trata de una obra de formato pequeñc (20 x 15) , pulcramente escrito; desgraciadamente no' hay fechas que indiquen el año en que fuera hecho. Comienza su método explicando con elementos bien completos, la teoría de la música, para la que emplea 36 páginas, profusamente ilustradas con ejemplos. Inmediatamente sigue con una "Explicación de las 22 tablas que forman los principios de la guitarra" . Antes de entrar directamente en materia, describe la "Situación de la Guitarra'', donde se indica la manera de tomar mejor el instrumento, o sea su posición general. hasta que comienzan los ejercicios prácticos; para estos usa regl::is que subdivide en sds artículos. A continuación las "22 Tablas de Moretti que comprenden con/la mayor propiedad para tocar la guitarra/de seis cuerdas". En estas da la notación musical. que comprende 66 páginas hasta la tabla 21 y para la demostración de la 22 ocupa 14 páginas con arpegios de muy variadas combinaciones, hasta la respetable cantidad de 198. Continúa rotulando: " 16 caprichos, preludios o modulaciones/de Ferandieri para todos los tonos, precedidos de un círculo armónico, com/puestos por el mismo", capitulo éste para el que emplea 18 páginas de música. Prosigue una carilla con letra muy diminuta, la explicación de "Bajo numerado de Moretti p.• regla de los acompañamientos", leyéndose abajo "FIN", pero intercala una hoja doble con una tabla para las posturas, y tres canciones con acompañamiento de guitarra. Resumiendo: 150 páginas de un trabajo esmerado y ordenado, que indica la personalidad didáctica del doctor Fernando Cruz Cordero. Si bien es cierto que no leemos en el método descripto ninguna alusión tocante a Sor o Aguado, no es el caso de personalizar a uno de estos dos guitarristas como los creadores de una escuela. Bien sabemos que Aguado con eI suyo ha seguido a Moretti en su método, y que ambos eran contemporáneos; no estaba, pues, la escuela en Sor o Aguado, sino en todos los grandes maestros de esa época de oro, que ha originado cultorescon similares orientaciones didácticas.
Otro hecho para demostrar nuestro aserto, es que Femando Cruz Cordero se ha erigido como profesor guitarrista, pues su hijo, del mismo nombre, que luego fuera un eximio ejecutante, según los cronistas, ha recibido las enseñanzas de nuestro biografiado, sucediendo otros parientes y nietos guitarristas, como el escribano Luis Cordero, quien ha tomado de su padre, las orientaciones didácticas de su abuelo. No cuenta Esteban Echeverria este hermoso historial en la guitarra, con el agravante, de que, si fuese cierto que su cultura instrumental era mucha, mal podía daria a conocer en su país, cuando las pasiones politi<;as lo habían desterrado en el extranjero. Cruz Cordero, personaje necesario al gobierno argentino, de cualquier color que fuese. tuvo, pese a sus viajes a París y Londres, sobra de tiempo para dedicarse a la guitarra en el suelo de su patria. Tiene el doctor F. C. Cordero publicadas, originales, "Six Divertissements pour la guitare: l. Walse Le Départ - didiée a Mr. Ciebra. - 2. Menuet. - 3. Walse. - 4. Menuet Le Lunatique. - 5. Walse. - 6. Walse La Reminiscense". París. A. Lafont., imp. L. Parent. Estas obras son armónicamente sencillas y de reducida extensión, salvo la N.º 6. De ellas se destacan por lo agradables, sus dos Minuetos, acusando las demás un valor relativo. De su producción inédita, entre la que figura el método, guardamos en manuscritos originales, esbozos y temas con interesantes anotaciones marginales, hechas a lápiz y con rasgos desiguales y nerviosos. Una de estas composiciones se titula "Cantos de los marineros"; otra "El Deseo" ( Vals ) , lleva la fecha 1 4 de Septiembre de 1852; la tercera "Las olas del mar" ( Vals) , lleva la fecha 10 de Noviembre del mismo año. Las tres fueron escritas en el mar, a bordo del barco que lo traía a Buenos Aires, "El Guaraní".
Otro manuscrito que tenemos a la vista, titulado, Fantasía sobre la canción inglesa "We have livedand loved together", está firmado por el guitarrista español, residente en Londres, José Maria de Ciebra, que fué amigo en esa ciudad del que nos ocupa, y al cual está dedicado de esta manera: "Souvenir d'amitié, de . . . al Sr. Dr. Don Fernando Cruz Cordero. Londres". En la entretapa posterior de esta obra manuscrita, puede leerse escrito a lápiz y con letra del guitarrista argentino, lo siguiente: "Por conducto de los Irigoyenes me mandó a París desde Londres esta pieza el autor, a fines de Oct. de 1851 ". Muchas tendrían que ser sus relaciones guitarristicas, pues, "5 Etudes" escritos en manuscrito para el· Dr. Fernando Cruz Cordero. le fueron remitidos también desde Londres el 6 de Octubre del mismo año por L. Schulz, según . nos lo afirmó el inteligente estudioso de nuestro instrumento, Sr. E. Tiscornia, que los tiene en su poder. El doctor Cruz Cordero, como muy amante a l,::i guitarra, poseía unos cuantos ejemplares de las mejores etiquetas.
La Reina Victoria de Inglaterra, con motivo de haberlo escuchado en palacio, durante una fiesta artística a la que acudió el cuerpo diplomático de casi todos los paises, le obsequió una preciosa guitarra chica, que tiene en la pala, incrustado en nácar, el nombre y apellido del guitarrista; lo mismo en nácar tiene la boca y clavijas, obsequio que hizo efectivo mandándoselo a Buenos Aires. Poseia otro hermoso ejemplar del luthier Luis Panormo, actualmente en poder de una nieta, la esposa del Dr. Guillermo F . Nunes; en la etiqueta se lee: "Haigt Strait N. 46 - BlunBury - London. Se pagan de 2 a 15 guineas. Año 1831". Ambas guitarras han sido pulsadas por el autor de este diccionario en osa de dicha señora, pudiendo constatar la belleza y calidez de las guitarras; una tercera está en poder del escribano Luis Cordero, y como los anteriores, trátase de un excelente instrumento. Falleció este inteligentísimo guitarrista argentino, encontrándose en el extrangero, en misión oficial de su gobierno. Su gran archivo musical se halla en poder de algunos familiares y un buen lote ha engrosado el del autor de la presente obra.
Diccionario de Guitarristas. Domingo Prat (1934)