Guitarrista amateur, argentino de la provincia de Córdoba. Fué discipulo de Juan Alais, allá por el año 1890, y más tarde de Carlos Garcia Tolsa. Martín Gil es un hombre genial en cualquier aspecto que se presente: como guitarrista, astrónomo, físico, filósofo, escritor, político y espiritual humorista siempre. Puede decirse, sin ningún temor de pecar en la exageración, que es el hombre actual más conocido de su país. Muchas y diversas son las causas que concomitan a la extensión increíble de su popularidad, por todas las ciudades y campo argentino. Popularidad la suya, que más se arraiga cuanto que es una conquista de su complejo intelectual, que muy raras veces suele producirse y que, en el transcurso de los años, tiene la propiedad de la multiplicación, tomando ya un carácter de potencialidad que llega a lo sobrenatural.
Cierto es que, por las distintas facetas del poliedro que abarca su personalidad, se le conoce en todos los más encontrados círculos de sus actividades; pero este prodigarse tan dispar supondría mediocridad absoluta por falta de una especialidad previamente encauzada, mediocridad que no existe en Martín Gil, causa que origina al hombre tantas veces genial. Por esto, no es raro que la fantástica mentalidad del pueblo vea a este augur de mil maneras distintas, rayanas algunas en quiméricas concepciones en que se le cree figura de estampa antigua, enclaustrada en una torre inaccesible para los demás mortales - como anota el escritor Jesús García de Diego- o amalgama de brujo, adivino y cienciado. Y para decir la verdad, como una íntima confesión, hay veces que, tratándose de Martín Gil. nos ponemos de parte de las gentes sencillas y le llamamos brujo.
El pueblo argentino ha creado una multitud de frases que se han hecho popularísimas, en que asoma su nariz Martín Gil, por la agudeza de una mala intención. Es un hombre consultado y querido por la gente de campo, que espera sus pronósticos sobre el tiempo, para sembrar, recoger y efectuar otros trabajos, aunque muchas veces, como anotara un ex ministro argentino, espera que Gil anuncie sol y buen tiempo para salir con paraguas, im· permeable zapatos de goma y todo otro adminículo protector de la lluvia.
Veamos ahora cómo un versificador popular, Leopoldo Velasco, describe la personalidad múltiple de este hombre:
"Astrónomo y estanciero, ha sabido hallar el modo de aprender tanto de todo, que su ciencia es un venero. Guitarrista y bastonero, si en el rasguido hace mellas, rompe surcos y abre huellas en medio de los cardales, y en los campos siderales se lo pasa viendo estrellas . " ( "Nativa'', Nº 96, año XII, 1931)
Como guitarrista, Martín Gil es y tiene una autoridad innegable. Sus opiniones al respecto obran con el peso del erudito a quien nadie discute. Por el mago de las seis cuerdas, Andrés Segovia, siente una mutua admira• ción que en muchas oportunidades se ha resaltado. Con motivo de tributársele a una demostración, el astrónomo, a los postres, habló sobre el guitarrista, con un cariño y admiración tan grandes, que su discurso quedó grabado en los asistentes. "La Nación", al otro día de este homenaje, 28 de Agosto de 1928, reprodujo el espiritual discurso de Gil. Por sus casas de Córdoba y Buenos Aires han desfilado los más grandes artistas músicos, en particular de la guitarra.
Carlos García Tolsa, que fuera su maestro, le dedicó la Sonata "Al fin solos", con estas palabras: "A mi amigo el aventajado guitarrista Martín Gil". Hace tantos años, pues, era un aventajado cultor del instrumento; más tarde, estudiosos de las cosas musicales, como Carlos Vega, se ocupan de su personalidad encarándola guitarristlcamente. Véase "La Nación", del l l-XI-1928, "Andrés Segovia y Martín Gil". Este mismo diario argentino publica del escritor Roberto Alvarez un trabajo titulado "Martín Gil, At Home", ( 13-III-1932 ) y del que entresacamos este párrafo: "Gran cultor de la guitarra y ejecutante brillantísimo, deleita con sus suavísimas y clásicas interpretaciones de Mozart, Schumann y Chopin, en las noches de este cielo cuajado de brillantes, imprimiendo a los estilos y cosas nuestras todo el sabor del terruño, y trasunta en ellos las más puras virtudes del alma argentina. Discípulo del gran Carlos García Tolsa, famoso guitarrista español que, con su genialidad de intérprete y compositor extraordinario, des· cubriera en este país el maravilloso instrumento". De su actividad de literato no somos nosotros los más indicados para hablar; pero sí lo haremos con uno de sus maravillosos cuentos, ·que nos ha dado entre toda su gran producción, de la que destacamos su último libro, "El anillo perdido".
Martín Gil ha ocupado los cargos de diputado nacional, en representación de su provincia, y ministro de Obras Públicas, de Córdoba. Ultimamente estaba en la Dirección de la Oficina Metereológica Argentina, prestigiando esta Dirección que nunca tuviera tan sabia personalidad. No terminaremos sin antes recordar que es Martín Gil poseedor de una extraordinaria guitarra "García", de la segunda época de este guitarrero.
Diccionario de Guitarristas. Domingo Prat (1934)