Biblioteca de la Guitarra y Cuerda Pulsada

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Liviana

La liviana, como su propio nombre indica, era un cante aliviado que se utilizaba desde los tiempos de Silverio Franconetti como preámbulo a la dificultosa serrana. Pepe el de la Matorna, primero en registrarla comercialmente allá por 1954 explicaba de esta variante seguiriyera: "Ese título de liviana se lo pusieron porque eso viene del "liviano", del que lleva el cencerro, el que lleva la recua, la guía por donde hay que ir. Y pa cantar hay que escoger un cante que sea aliviao pa lo que va a venir detrás. Porque si haces una casa sin contar con los cimientos, entonces ¿cómo va a llevar la veleta? Todos los cantes tienen liviana, lo que es que le han puesto el título a este cante por una razón: porque se lo ponían a to las cosas". En 1958 Antonio Mairena presentará una fastuosa versión de la liviana que se basta y sobra por sí misma. Mairena afirmaba que la liviana flamenca es un cante por seguiriyas que se cantan corridas (seguidas) o romanceadas, cantes cortos que sirven de preludio a la seguiriya propiamente dicha.

La suprema guitarra concertística de Manuel Cano Tamayo (Granada, 23/2/1925 - 12/1/1990) introduce la voz de Alfredo Arrebola Sánchez (Villanueva de Mesía, Granada, 6/12/1935), que recorre con fidelidad la gama melódica de la liviana. Estilo que no debemos confundir con la toná-liviana. El aire de las seguiriya es el que manda en la guitarra mientras el cante dibuja la melodía que define el estilo, con aromas de cante de preparación de uno más elaborado y virtuoso, a pesar de que no se trata de un cante liviano musicalmente hablando. Al final modula al modo mayor para, a modo de cabal, realizar una letra de cambio que remata en el modal, variable propia de estos cantes.

 

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