PEDRO DEL VALLE PICHARDO, guitarrista payo, más conocido en el mundo artístico de la guitarra por PERICO EL DEL LUNAR, nació Jerez de la Frontera (Cádiz) el día 15 de mayo de 1894 y murió en Madrid el 17 de marzo de 1964. Empezó tocando en Jerez, y se trasladó a Madrid en 1920 donde trabajó como primer guitarrista del colmao Villa Rosa. Acompañó a muchos grandes artistas de su época, especialmente a Chacón, con quien grabó en 1928. En 1954 dirigió la primera grabación antológica del flamenco, pieza clave en la recuperación del arte flamenco después de su declive en la primera mitad del siglo XX. En el mismo año empezó a trabajar en el tablao madrileño Zambra como primer guitarrista, ocupando este lugar hasta su muerte. Acompañó a casi todos los grandes cantaores del siglo XX, y se le recuerda por su toque original y sensible y por sus conocimientos del cante. Grabó con grandes cantaores como fueron D. Antonio Chacón, Juan Varea, Antonio el Chaqueta, Rafael Romero, Pericón y muchos más.
Aunque sin que deba ser excluido de la escuela jerezana, fue un caso aparte por la singularidad de su toque, absolutamente supeditado al acompañamiento al cante, que conocía mejor que muchos cantaores, como bien subrayó Pohren: "Tiene talento para captar la personalidad de cada cante y para empujar al cantaor a emociones más profundas. Él se mantiene en segundo término y, sin embargo, aparece, sin pretenderlo, en el primero, colocando siempre la falseta apropiada para realzar el sentimiento del cante. Sus falsetas son siempre de excelente buen gusto, sencillas y hondas. No nos quedamos pasmados ni se nos corta la respiración, pero nos deja con la sensación de haber escuchado algo importante; la combinación de una guitarra y un cantaor creando un flamenco hondo, empapado de duende". Dirigió la Antología de Hispavox y la secuela de la misma que se hizo en México. Su hijo, Pedro del Valle Castro (Madrid, 1940), continúa la línea de toque del padre.
Paisano de Javier Molina, a quien se considera primer gran artífice de la escuela jerezana de toque, a veces se le considera un simple discípulo de éste, aunque la verdad es que debe ser considerado un caso aparte por la singularidad de un toque muy personal que apenas ha dejado escuela, salvo el propio hijo de Perico el del Lunar. Por los años veinte fijó su residencia en Madrid, frecuentando el colmao Villa Rosa, donde llegó a ser una especie de director artístico, con gran influencia sobre las reuniones que en él se celebraban y los artistas participantes en las mismas. Este guitarrista brilló sobre todo en el toque para acompañar el cante, que conocía mejor que muchos cantaores. Fue el tocaor preferido de D. Chacón, durante el tiempo que este estuvo separado de Ramón Montoya. Una de sus principales realizaciones fue la primera Antología de Hispavox, a mediados de los cincuenta. El del Lunar trabajaba en el tablao Zambra, y allí fueron a encargarle la dirección de la misma.