La palabra polo proviene del nombre de un baile de salón del siglo XVIII, al que no se le atribuye relación alguna con el polo flamenco, cuya aparición se sitúa a principio del siglo XIX. El origen del polo como palo del flamenco es dudoso. Algunos autores (Blas Vega, Faustino Núñez) apuntan la posibilidad de que proceda de una canción bailable que se practicaba en Andalucía a principios del siglo XVIII. Molina y Mairena se limitan a decir que "parece que derivó de la caña". Otras opiniones lo hacen derivar de Ronda y los presentan como una variante de la rondeña. Para Caballero Bonald tanto el polo como la caña parecen derivar de alguna primitiva soleá y afirma que "la mejor prueba de su filiación con la soleá es que hasta en la actualidad suelen rematarse el polo y la caña con un cierto tipo de soleá que se llama por ello soleá apolá". Otras opiniones son del parecer de que el polo deriva de la caña y que hoy han llegado a fundirse en un mismo cante, sin que se diferencien el uno del otro.
El polo aparece como cante flamenco a principio del siglo XIX y, por lo general, se cantaba a continuación de la caña a modo de macho o remate de ésta.
En la actualidad al hablar del polo flamenco se hace distinción de dos estilos: el polo natural y el polo de Tobalo. Este último se distingue por unas cadencias más cercanas a la caña, lo que se ha interpretado por algunos teóricos del cante que lo que verdaderamente se atribuye a Tobalo en realidad fue una caña.
Tobalo era de Ronda y su nombre era Cristóbal; en cuanto a su apellido hay quien afirma que era Palmero, otros manifiestan que era Polo y se le ha citado también como Cristóbal Tobalo, sin tener en cuenta que la expresión Tobalo, en el vocabulario andaluz, significa precisamente Cristóbal en disminutivo. En definitiva, no hay certeza en cuanto a su verdadera filiación.
Molina y Mairena niegan la existencia real del polo de Tobalo, llegando a decir que "nadie lo canta y no conocemos a quién siquiera lo haya oído", atribuyendo la existencia de este cante a la invención de escritores que no sabían nada de cante flamenco. No es esa la opinión de numerosos estudiosos, especialistas e incluso cantaores.
La modalidad del polo que se ejecuta actualmente es el polo natural, que suele rematarse con una soleá. En cuanto al polo de Tobalo, según Blas Vega, esta modalidad ha estado perdida hasta la grabación realizada por Pepe el de la Matrona.
En realidad, antes de la mitad del siglo XX sólo se sabía que existía este cante, pero pocos aficionados sabían cómo se cantaba, aunque es cierto que por esa época existían las grabaciones de "El Mochuelo". Pero, efectivamente, fue a raiz de la grabación de la primera Antología del Cante Flamenco, dirigida por Perico el del Lunar a mediados de los años cincuenta del pasado siglo, cuando apareció el polo, resucitado en la voz de Jacinto Almadén.
Efectivamente, el polo es un cante que presenta ciertas afinidades con la caña. Así ha sido manifestado por diversos autores, hasta el punto que se ha llegado a considerar que el polo nació como derivación de la caña (según Butler las diferencias entre estos dos palos son mínimas. La letra del polo se compone de cuatro versos octosílabos que riman el segundo con el cuarto. Como ya hemos dicho, la modalidad de polo que se ejecuta en la actualidad es el polo natural, que se inicia con un ayeo prolongado que sirve para templarse, rematándose, generalmente, con una soleá. Una muestra de letra, muy conocida,del polo natural es la siguiente:
Carmona tiene una fuente
con catorce o quince caños
con un letrero que dice:
¡Viva el polo sevillano!
La modalidad denominada polo de Tobalo era desconocida hasta la grabación que de ella realizó, en los años cincuenta del siglo anterior, Pepe el de la Matrona, que fué glosada por Blas Vega en los siguientes términos: "Una forma muy curiosa y sencilla, con sabor distinto y completamente desconocida en la actualidad de cómo era el polo flamenco de principios del siglo XIX".
La letra del polo grabado por Pepe de la Matrona era la siguiente:
Tú eres el diablo, Romera,
que me vienes a tentar.
No soy el diablo, Romera.
Que soy tu mujer natural.
Letra, según Blas Vega, atribuida al propio Tobalo y que, según el conocido escritor, "invita a considerar a los romances como antecedentes dignos de tenerse en cuenta para la formación de los cantes, ya que curiosamente nos encontramos la misma cuarteta en el romance del Conde Sol". El macho con que se remata el polo comentado dice así:
De La Habana vengo, señores,
de bailar un fandango
entre mulatas y chinas
me lo están chancleteando.
Según Blas Vega, este macho es anterior a la reforma de Curro Dulce, ya que a partir de este cantaor se empezó a rematar el polo con una soleá de Triana.
Generalmente se citan como los intérpretes más ilustres del polo El Planeta, El Fillo, Tobalo de Ronda, Silverio, Dolores La Parrala, el Sr. Enrique Ortega, Curro Dulce y, ya más cercanos, Don Antonio Chacón, que, como ha ocurrido con otros muchos palos del flamenco imprime al polo una cuadratura melódica definitiva. A partir de la grabación de Jacinto Almadén, ya citada grabaron el polo cantaores como José Menese, Fosforito, Jarrito, Antonio Mairena, Marchena, Valderrama y un largo etcétera que comprende lo más florido del cante de aquella época, que bien puede considerarse como resurrección del flamenco.
No obstante, los cantaores de esta época más reciente no han contado casi munca con el polo para incluirlo tanto en sus recitales como en sus grabaciones discográficas.. Podríamos calificar al polo como el "patito feo" de la familia de los cantes flamencos que en aquellos años de su despertar, a raiz de las grabaciones que de este palo se hicieron a partir de la primera Antologia del Cante Flamenco, recibió duros comentarios, sobre todo del sector "gitanista" del cante, como el que le dedicó Rafael Molina: "Es un cante "fósil". Prueba concluyente de su fosilidad es su rigidez mortal. Además, al hacerse hoy cante de dominio público se está metamorfoseando en cuplé o tonada zarzuelera. Yo no descubro por ninguna parte sus virtudes flamencas. A mí me suena a folklore barato. Ese y no otro es el motivo de su rápida difusión mayoritaria y del favor que hoy goza en muchos sitios".
DISCOGRAFÍA RECOMENDADA
Magna Antología del Cante Flamenco.- Hispavox l.982
Antología del Cante Flamenco.- Hispavox l960
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Diccionario Enciclopédico Ilustrado del Flamenco.- Ed- Cinterco.- Madrid, 1988
R. Molina y A. Mairena.- Mundo y Formas del Cante Flamenco
Á. Álvarez Caballero.- Historia del Cante Flamenco.- Alianza Ed. .- Madrid, 1981.