La Petenera es un cante con copla de cuatro versos octosílabos que al ser cantada se convierten generalmente en seis, por repetición de uno de ellos y el añadido de otro ajeno a la copla. Cante difícil, de entonación pausada, solemne, emotiva y a veces sentenciosa, revestido siempre de leyenda y al que se le atribuido que para los gitanos ha tenido siempre "mal fario". Por ello los cantaores calés han evitado cantarla e incluso oírla.
¿Cuál fue el origen de la petenera?. Si ya el mundo del flamenco está compuesto por un entramado de mitos y leyendas en el caso de este cante el misterio envuelve su raíz y parte de su desarrollo. Sebastián Estébanez Calderón en su "Fiesta en Triana" cita ciertas coplillas a quienes los aficionados llaman "perteneras" y dice que "son como seguidillas que van por el aire más vivo, pero la voz penetrante de la cantaora dábanles una melancolía inexplicable".
Es sabido que en Sevilla estaba de moda el cante por peteneras en el año l879 y, con posterioridad, las coplas populares por este estilo fueron muy conocidas en 1881, ya que en este año hubo una gran escasez de víveres y este hecho tuvo popular reflejo en los cantes por este estilo hasta tal punto que se bautizó dicha fecha como "el año de las peteneras", que tuvo su reflejo en la siguiente copla:
Del año de las peteneras
nos tenemos que acordar
que anduvo la Pura y Limpia
en el canasto del pan.
Hipólito Rossy, después de dejar sentado que "de la petenera se ha hecho más literatura que de todas las demás canciones que componen el folklore andaluz y levantino" afirma que "es errónea de que la petenera data del siglo XIX, ya que el ritmo y compás de este cante según el citado autor "se corresponde con el de algunas "villanescas" del siglo XVI, aunque hay indicios de que sea de época anterior, como el romance de Gerineldo (siglo XII ? ), en versión musical de Arcos de la Frontera". Y apoya su idea de la antigüedad de este canta en que los judíos sefarditas residentes en los Balcanes cantan la petenera entre su repertonio de "viellas" canciones de España, incluso con la popular copla que se refiere al nombre de la Petenera, la que le atribuye ser "la perdición de los hombres". Lógicamente, si los judíos de los Balcanes conocían el cante de la petenera era porque también lo conocían sus antepasados expulsados de España. Y concluye Rossy: Hay la creencia de que la petenera es cante de origen semita, lo que no sería nada de extrañar, pues muchos judíos fueron trovadores y juglares y entre estos se cultivó el cante popular". Parece abonar la posición de este autor la existencia de una letra de peteneras muy conocida, que refleja una escena de ambiente netamente judío:
¿Donde vas bella judía,
tan compuesta y a deshora?
Voy en busca de Rebeco
que estará en la sinagoga.
Para Arcadio Larrea, el supuesto de que el origen de la petenera es judío carece de fundamento. Para este autor la letra anteriormente transcrita demuestra un conocimiento absoluto de las costumbres judías ya que, por una parte Rebeco no aparece entre los nombres de barón judíos y por otra las mujeres judías no asistían a la sinagoga.
Otra teoría la procedencia hispanoamericana de la petenera, en base al contenido de determinadas letras de este cante, como , por ejemplo:
En La Habana nací yo
debajo de una palmera
allí me echaron el agua
cantando la petenera.
También se trata de apuntalar este teoría americana de este cante en razón a la posible etimología, en base a su procedencia de Petén, comarca de Guatemala.
Demófilo reflejó en su conocida obra su criterio con relación al tema: "Aunque las peteneras no han estado de moda en Sevilla hasta el año 1879, convienen todos los cantadores en que son antiguaas y en que deben su origen a una cantaora de flamenco llamada La Petenera, a quienes unos hacen natural de Málaga y otros de La Habana. ¿Pero qué significa este mote o apodo de La Petenera, ya que no es nombre como el de Soledad, ni palabra que se encuentre tampoco en los diccionarios gitanos que conocemos?. He aquí una pregunta que podemos contestar satisfactoriamente, a nuestro juicio merced a los autorizados informes del célebre cantaor Juanelo. Petenera o Patenera, nos dijo éste, es igual a Paternera, esto es, natural de Paterna. Semejante afirmación es para nosotros digna de crédito: 1º, porque aunque algunos suponen que La Petenera era de Málaga, otros aseguran que era de la provincia de Cádiz; 2º porque en esta provincia hay efectivamente un pueblo llamado Paterna de la Rivera; 3º, porque la conversión de Paternera en Petenera es perfectamente explicable por razones eufónicas y muy creíble en una raza que convierte vidriera en beriera; 4º, porque la formación de adjetivo es común y corriente; así vemos de Triana, trianera; y 5º y último, porque Juanelo, que es muy entendido en cante flamenco y completamente veraz, no tenia interés en engañarnos acerca de la patria de La Petenera, a quién él mismo llegó a escuchar. La opinión que supone a esta cantaora nacida en Málaga carece de fundamento legítimo y la que la supone oriunda de La Habana no tiene otro apoyo que el , muy cómico, por cierto, que le presta el hecho de cantarse por lo común la petenera tan pícaramente, que más parece un punto de La Habana que un cante gitano".
Para José Blas Vega los orígenes e historia de este cante se prestan a grandes confusiones. La posición de este autor coincide esencialmente con la de Demófilo a que nos hemos referido anteriormente.. Según Blas Vega "este cante debe su origen a una cantaora de flamenco llamada La Petenera, que es igual a Paternera, es decir, oriunda de Paterena de la Ribera (Cádiz) ". Las razones en que fundamenta su postura Blas Vega son muy similares a las defendidas por Demófilo, añadiendo por su parte todos los datos que han proporcionado al tradición y la leyenda sobre la vida de la cantaora.
Si realmente existió La Petenera, es muy posible que fuese la creadora del cante que lleva su nombre, aunque también pudo conocerse el cante, venido de fuera de Andalucía, como hay autores que defienden esta idea, y encontrar en Paterna de la Ribera la persona que la hizo suya dándole a la vez el nombre. En las mismas coplas por este estilo se habla de su figura, como, por ejemplo, en la muy conocida de:
Quién te puso Petenera
no te supo poner nombre,
que debía haberte puesto
la perdición de los hombres.
La leyenda de La Petenera ha quedado reflejada en las coplas de este estilo, donde se refleja a esta figura como a unja mujer de fuerte personalidad y, en cuestiones amorosas, como una sembradora de desgracias, como nos cuentan algunas letras:
La Petenera malhaya
y quién la trajo a esta tierra,
que La Petenera es causa
de que los hombres se pierdan.
Su popularidad la acompañó hasta los últimos momentos de su vida:
La Petenera se ha muerto
y la llevan a enterrar.
No cabía por la calle
la gente que iba detrás.
Según Hipólito Rossy las peteneras se dividen en antigua y moderna y ésta se subdivide en corta y larga. La antigua, según este autor, no la canta nadie y solo la conocen los eruditos. En cambio, la corta , que es la más conocida, es muy fácil de cantar pasablemente y muy difícil de cantarla bien, aunque los cantaores flamencos la menosprecian y la cantan de cualquier manera, sin pene ni gloria. Por último, y según el citado autor, la petenera larga estaba casi olvidada hasta que la resucitó la "Niña de los Peines" (Pastora Pavón), teniendo pocos imitadores y seguidores debido a la dificultad de su canto. La más popularizada por la Niña de los Peines dice así:
Niño que en cueros y descalzo
vas llorando por la calle,
ven aquí y llora conmigo,
que tampoco tengo madre,
que la perdí cuando niño.
Fue en los años postreros del siglo XIX cuando Medina el Viejo (José Rodríguez Concepción) dio a conocer su versión de la petenera, que desde entonces fue unida a su nombre. Este cantaor alternó en los colmaos sevillanos con cantaores más jóvenes, que tomaron de él su versión de la petenera, entre ellos don Antonio Chacón, fiel divulgador de la versión de Medina el Viejo. Posteriormente la Niña de los Peines realizó una versión propia, en base al cante de Medina el Viejo y Pepe el de la Matrona ha dejado muestra discográfica de dicho cante.
En la segunda mitad del siglo XX pocos cantaores ofrecían en su repertorio este cante. No obstante, se puede citar como grandes intérpretes de esta época a Pepe el de la Matrona, Naranjito de Triana, Rafael Romero, Fosforito, José Menese y, sobre todo, La Niña de los Peines, la voz que engrandeció y popularizó este cante en todo el ámbito flamenco.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Diccionario Enciclopédido Ilustrado del Flamenco.- Ed. Cinterso. Madrid , 1988
José Blas Vega.- Temas Flamencos,- Ed. Dante.
Á. Álvarez Caballero.- Historia del Cante Flamenco.- Alianza Ed. l98l
M. Ríos Ruiz. -Ayer y Hoy del Cante Flamenco. Ed. Istmo.- Madrid, 1997
Hipólito Rossy.- Teoría del Cante Jondo.- Credsa .- Barcelona 1998.
DISCOGRAFÍA RECOMENDADA
Por peteneras.- Hispavox, 1992
Magna Antología del Cante Flamenco.- Hispavox, 1982
03/07/2006