Biblioteca de la Guitarra y Cuerda Pulsada

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Scarlatti, Domenico (Reino de Nápoles, 1685 - España, 1757)

Vida y carrera

Nació en Nápoles (Italia), en ese momento perteneciente a la Corona Española, y fue el sexto de diez hijos y hermano menor de Pietro Filippo Scarlatti, también músico. Comenzó estudiando con su padre, el compositor y profesor Alessandro Scarlatti; otros compositores que pudieron ser sus profesores fueron Gaetano Greco, Francesco Gasparini y Bernardo Pasquini, influyendo todos ellos en su estilo musical.

Se convirtió en compositor y organista de la capilla real de la Corte Española de Nápoles a los dieciséis años, y en 1704 revisó la ópera Irene, de Carlo Francesco Pollarolo, para una representación en Nápoles. Poco después su padre le envió a Venecia, pero no se tiene información de los cuatro años que pasó allí.

En 1709 fue a Roma para ponerse al servicio de la exiliada reina polaca María Casimira. Durante su estancia en Roma conoció a Silvius Leopold Weiss y Thomas Roseingrave, el último de los cuales encabezó la recepción entusiasta de las sonatas del compositor en Londres. Domenico era ya un eminente clavecinista, y hay un relato que cuenta que en una prueba de talento con Georg Friedrich Händel en el palacio del cardenal Ottoboni en Roma, se le declaró superior a Händel en este instrumento, pero inferior en el órgano. Más tarde, cuando ya era mayor, se sabe que se persignaba con veneración cuando hablaba de las aptitudes de Händel.

Además, durante su estancia en Roma, Scarlatti compuso varias óperas para el teatro privado de la reina Casimira. Fue maestro de capilla en la Basílica de San Pedro desde 1715 a 1719, y en el último año se trasladó a Londres a dirigir su ópera Narciso en el King’s Theatre.

En 1720 o 1721 viajó a Lisboa, donde enseñó música a la princesa Bárbara de Braganza. Regresó a Nápoles en 1725 y durante una visita a Roma en 1728 se casó con Maria Caterina Gentili. En 1729 se trasladó a Sevilla con el séquito de la princesa portuguesa que iba a contraer matrimonio con el heredero al trono de España, el futuro Fernando VI. Allí, en Sevilla, seguramente conocería los aires de la música popular andaluza. En 1733 se instaló definitivamente en Madrid como maestro de música de Bárbara de Braganza y allí vivió hasta su muerte. Después de fallecer su primera esposa en 1742 se casó con una española, Anastasia Maxarti Ximenes, con la que tuvo cinco hijos.1

Durante su estancia en Madrid, Scarlatti compuso alrededor de 555 sonatas bipartitas para teclado. Es por estas obras por las que se le recuerda hoy en día. En ellas se aprecia una música totalmente original y distinta a la del repertorio operístico, instrumental y de cantatas profanas y religiosas que compuso en su juventud. Muchas de sus sonatas recrean danzas españolas del siglo XVIII.

La asimilación de los aires populares españoles y la experimentación constante de las posibilidades del clave, instrumento de cámara en el que ejercitaba su magisterio para la reina, lo llevaron a ser el iniciador de la escuela de clave española del siglo XVIII, que tendría seguidores en autores de la talla del Padre Soler. Tan identificado se sintió con la vida española, que llegó a firmar con el nombre de Domingo Escarlati, apellido que aún conservan sus descendientes. Por todo ello que se puede afirmar que el napolitano Scarlatti es uno de los más importantes compositores de música en España.

Domenico Scarlatti murió en Madrid, a la edad de 71 años. En su residencia en la calle Leganitos tiene dedicada una placa conmemorativa.

Música

Solo una minúscula fracción de su producción se publicó durante la vida del compositor. Parece que el mismo Scarlatti supervisó la publicación en 1738 de su colección más famosa, una antología de treinta sonatas que tituló Essercizi per gravicembalo, que fue recibida con entusiasmo por el más destacado musicólogo del siglo XVIII, Charles Burney. Aún hoy, la mayoría del repertorio scarlattiano interpretado en concierto está basado en los Essercizi..Sin embargo, nos han llegado 555 sonatas bipartitas, siendo todas esencialmente de un solo movimiento divididas en dos partes iguales (y repetidas), pero comprenden una gama sorprendente de expresión musical e invención formal. Las dificultades técnicas de sus sonatas (constante uso de la acciaccatura, saltos de manos) han hecho que a menudo se las considere como meros estudios de virtuosismo, pero su calidad está cimentada en que la dificultad está en buena medida al servicio de explorar todos los recursos y capacidades del clavicémbalo, como ocurre en la sonata K. 260. Muestran, asimismo, una extraordinaria audacia armónica, que incluye modos provenientes de la música hispanoárabe. Destaca en especial el uso audaz de la modulación y la enorme tensión que genera, demorando las frases musicales sin resolver en la tónica, como ocurre en la sonata K. 208. Es también notable la variedad rítmica y la capacidad de invención temática y estructural, de una culta perfección, que es enmascarada por su carácter "popular" y su aparente frescura y facilidad de escucha.

Aparte de los Essercizi, el resto de las sonatas no publicadas en vida del compositor solo han sido impresas de forma fragmentaria hasta bien entrado el siglo XX, y su repertorio completo no es atendido todavía de forma completa y regular en concierto. Sin embargo, Scarlatti ha atraído a notables admiradores, incluyendo Béla Bartók, Arturo Benedetti Michelangeli, Johannes Brahms, Frédéric Chopin, Emil Gilels, Granados, Marc-André Hamelin, Vladimir Horowitz, Ivo Pogorelich, Heinrich Schenker y Dmitri Shostakovich, con la admiración constante de la escuela pianística rusa. El norteamericano Scott Ross grabó al clavicémbalo para la casa Erato la totalidad de sus sonatas bipartitas, lo que supuso un hito en el conocimiento y obra del compositor italo-español.

Entre los muchos logros del estilo de Scarlatti destacan los siguientes:

  • Scarlatti estuvo muy influido por la música folclórica española. Su uso del modo frigio y otras inflexiones tonales más o menos desacostumbradas en la técnica musical europea son síntomas de esta influencia, así como el cúmulo de acordes extremadamente disonantes y otras técnicas que parece imitan la guitarra. Su rico uso, a veces trágico, de modismos folclóricos también le singulariza. Hasta la llegada de Bártok y sus contemporáneos no se le daría a la música folclórica una voz tan estridente como Scarlatti.

  • Scarlatti anticipó muchos de los desarrollos formales que conducen al llamado "estilo clásico" y así, con justificación, se le podría describir como el primer compositor clásico.

  • Sin embargo, siempre difícil de definir, la tempestuosidad musical de Scarlatti evoca el Romanticismo, mientras que su intensa inquietud formal y sintáctica e ironía parecen llevarle cerca del modernismo de Stravinsky.

 

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