Biblioteca de la Guitarra y Cuerda Pulsada

Biblioteca de la Guitarra y Cuerda Pulsada

Troncosa, Bernardo (España, 1835-1928)

Nació en Sevilla el 17 de Marzo de 1835. Su temperamento artístico lo llevó a estudiar el dibujo y la pintura. Compartía estas disciplinas con el es tudio de la guitarra bajo la dirección del presbitero D. Manuel María de Muro (véase este nombre). Mientras sus condiscípulos en la pintura, Villegas y Giménez Aranda, después grandes maestros, buscaban horizontes más amplios para su arte y se marchaban a Roma. Troncoso no quiso abandonar su ciudad natal por ningún halago y ni siquiera se tentó con el deseo provinciano de conocer Madrid. Republicano por temperamento y convicción, pasó su mejor juventud en el terruño, entre la devoción de sus pinceles, la pasión de sus estudios guitarrísticos y el ensueño de sus ideales políticos, hasta que los acontecimientos revolucionarios de 1868 lo obligaron a buscar en el extranjero la tranquilidad para su espíritu y el porvenir para su familia. De Sevilla vino directamente a Buenos Aires en 1869 y, sólo cuando frisaba en los sesenta años, volvió a España para conocer las ciudades y las cosas que no quiso ver en su juventud. La mayor parte de su vida, muy larga, la pasó, pues, en la capital argentina y aquí encontró, desde un principio, por su saber artístico, por su don de gentes, por la generosidad de su espíritu y la bondad de su carácter, el apoyo del gobierno y de la sociedad. El lápiz y el pincel fueron sus armas de combate diario. Al fundarse la Escuela Normal de Profesoras, ocupó la cá­tedra de dibujo y, poco después, entró a dictar la misma asignatura en el Colegio Nacional Buenos Aires, bajo las direcciones respectivas de los Dres. Alcorta y Orma. En el magisterio actuó durante treinta años, obteniendo después su retiro de profesor.Durante dos décadas, de  1870 a 1890, Troncoso pintó mucho y concurrió activamente a despertar en los jóvenes el gusto artístico por la pintura y a elevar el nivel del arte nacional.

Al margen de esta actividad principal, en las horas de ocio, proseguía Troncoso el cultivo de la guitarra y daba lecciones de técnica e interpretación a discípulos apasionados, como el Dr. Wenceslao Escalante, D. Juan Malina y el Dr. Juan Borbón, o se empeñaba en ejecuciones de Sor y Arcas con su gran amigo el Dr. Martín Ruiz Moreno, para quien había conseguido en España una guitarra Torres. Más de una vez Troncoso traspasó el círculo de intimidad de amigos y admiradores y tocó públicamente en conciertos organizados con fines sociales y de beneficencia. Como ejecutante, el guitarrista sevillano abordaba por igual las obras de los clásicos españoles y las del folklore andaluz: interesaba en las primeras por la técnica de escuela; deleitaba con las otras por la gracia, el sabor y el colorido de lo popular. Esta vena lírica de las alegrías y tristezas del alma andaluza interesó mucho su atención de músico, y para exteriorizar ese interés, los estudios de composición y armonía que había hecho con Fetis, los aplicó pacientemente a transcribir para la guitarra, con arte sencillo, los aires regionales de su tierra.

En mi archivo particular guardo, gentilmente cedido por doña Sara Escalante de Maura, un ensayo de método de armonía aplicada a la guitarra, inédito y en manuscrito original, de que son autores Bernardo Troncoso y el ex ministro argentino Wenceslao Escalante (ver). También conservo un manuscrito original, compuesto por Troncoso y titulado "Danza Rosita". Lleva la fecha 3 de Junio de 1874, Concepción del Uruguay. Las telas pictóricas de Troncoso se encuentran en el palacio de la Legislatura, en el Correo de la provincia de Buenos Aires y en poder de algunos particulares. De edad muy avanzada murió Troncoso en la Capital Federal el 11 de Diciembre de 1928. El diario "La Nación" del día siguiente, en su nota necrológica, lo da como pintor, agregando luego: "También le llevó su vocación artística al cultivo de la música, destacándose igualmente en este arte". Es francamente dolorosa la impresión que causan estas líneas, pues la guitarra abrió las puertas argentinas a Troncoso, como no lo había logrado en otra forma, ganando con ella la amistad de su discípulo, el citado ministro Escalante, que lo ayudó hasta elevarlo a la altura que su talento y saber merecían, y siendo causa de su definitiva radicación en este país, para el que ha dado hijos y nietos que hoy tanto le distinguieran.

Diccionario de Guitarristas. Domingo  Prat (1934)

Las cookies nos ayudan a ofrecer nuestros servicios. Al utilizarlos, aceptas que usemos cookies. Más información

Aceptar