Profesor, concertista y compositor guitarrista, español. Nació en la región de Andalucía, en el pueblo de Utrera, perteneciente a la provincia de Sevilla, el 11 de Abril de 1835. La figura venerable, simpática y atrayente del guitarrista D. Juan Valler tiene un valor que se esparce continuamente, ganando la cordialidad de quienes lo conocieron. No diremos con respecto a la venida a Buenos Aires del guitarrista Valler, que su valija haya sido la primera guitarra llegada al país, ni tampoco él el primer virtuoso, no; bien sabemos que este instrumento entró en tierra americana antes que ningún colombino. El primer bote adelantado de una de las carabelas, con un puñado de andaluces y en particular sevillanos, enfilan y atascan la proa de la frágil barquilla cual bisturí civilizador, clavándose por vez primera en el virgen cuerpo de América; y desde a bordo, tiran la guitarra sobre unos blandos matorrales ... ; después desembarcó el primer europeo que pisó el suelo americano. En ese momento un zorzal, desde el clavijero de la guitarra, lanza sus trinos al aire como mensaje de bienvenida. Aquella guitarra vino seguramente con un andaluz en 1492.
Pasan los años y el 15 de Abril de 1878 llega a Buenos Aires el sevillano que nos ocupa, alentando su fe en la célebre virgen de Utrera, y en su hermosa dulcinea: un valioso ejemplar de guitarra Torres. A poco de su arribo, se presenta en público; veamos el programa realizado en un coliseo bonaerense, ya desaparecido: "Teatro Alegría / Sábado 24 de Agosto 1878 / Beneficio del concertista español / de Guitarra / JUAN VALLER. / El que ejecutará "Fantasía sobre un Tema Alemán", "Jota Aragonesa", "Tanda de Valses" y "Dos Tangos españoles". Terminaba este programa con una segunda nota que dice: "El Tranway Nacional pondrá coches despues de la función, en todas direcciones". Su éxito es de presumir que sería rotundo: primero, por el ambiente hispano-argentino, y segundo, por la sensibilidad de que estaba poseído, aumentada por la emoción que nos deja el recuerdo de lo más íntimo: había dejado tras los mares, la amada esposa y los hijos queridos. Piensa en su regreso a la patria; pero el polen de su arte había cuajado en mieles en un caballero argentino, el Dr. Nicanor Albarellos, guitarrista aficionado, quien lo invita a su lado como profesor y amigo, logrando con ello al poco tiempo, traer toda su familia y radicarse definitivamente en Buenos Aires.
El guitarrista Juan Valler había gozado, allá en Sevilla, de un justo renombre: en todo momento altamente considerado y distinguido por la sociedad de la capital que preside "La Giralda"; conoció a Huerta, Carnicer, Muro, A. Cano, Arcas, el que le decía: "tú, chico, te vienes conmigo". Lo que no pudo conseguir, por no gustarle a Valler encontrarse en estado húmedo: hoy se conserva en el archivo que perteneció a D. Juan, un autó grafo musical que dice: "Escrito por D. Julián Arcas en Cádiz para Juan Valler, año de 1866". Valler con su arte se hace admirar por el Mayordomo del palacio de El Alcázar de Sevilla, D. Ramiro Lapuente, siendo al poco tiempo presentado y apreciado en aquella mansión real, llevando a su vez, más tarde, a los guitarristas Arcas, Toboso y Parga. De este último, testimonios conservados nos dicen la gran amistad que se profesaron; un retrato de Parga reza: "Dedicado a mi distinguido amigo D. Juan Valler. Sevilla, 4 de Junio de 1877. Juan Parga Bahamonde", rubricado (Foto. Montenegro. Ce. Larga 15-Jerez).
Veinte años más tarde, y con fecha 12 de Julio 1897, desde Málaga le escribe a Buenos Aires una muy extensa carta de la que extractamos lo siguiente: "Mi queridísimo, excelente y antiguo amigo: .. . qué recuerdos saltan a mi mente .. . ; y su niña? aquella joven hermosota de 16 años que, en sus visitas al Alcázar, era tan querida de Doña Paz. ¿Se acuerda de Lapuente?.. . Mis conciertos en el Alcázar . . . y aquellos triunfos? ... ", y continúa un rosario de exaltaciones, hijas del recuerdo.
D. Juan Valler tuvo en Buenos Aires actuación guitarrística hasta fines del siglo pasado. El Dr. Nicanor Albarellos que lo presentó en una y cien reuniones artísticofamiliares, le dió oportunidad de que, desde sus comienzos, tuviese siempre entre sus alumnos lo más destacado de la sociedad porteña. Recordamos a los ex ministros E. Costa, Zavalía (quien le confía esta enseñanza para sus hijos), Enrique Berisso, Remigio González Moreno, el cura Ogorman y el Dr. Roberto Ezcurra cuando era muy nmo. Fué bien distinguido por el presidente argentino en ejercicio, Dr. Manuel Quintana, de quien aun se conservan autógrafos referentes. El Dr. Antonio Bachini, ex ministro de R. E. del Uruguay lo admira, trabando gran amistad. Albarellos le dió la administración del antiguo Puente Pueyrredón, de Barracas, cargo que habían destinado el mencionado doctor, y el ingeniero Harning para el señor Rafael Albarellos, cuyo puesto desempeñó hasta el año 1884, o sea hasta cuando el Estado se posesionó de él, siendo de presumir la buena holgura que le dejaría dicha administración. D. Juan Valler, en agradecimiento,
regaló su buena guitarra construida por el insigne Antonio Torres, a su benefactor "el rengo Albarellos", como le llamaban sus íntimos por tener un defecto en una pierna.
Como compositor, hemos consultado en su archivo algunos Preludios (ensayos), una Plegaria (dedicada a la memoria del gran guitarrista, su amigo Juan Parga), otra Plegaria (dedicada al virtuoso Julián Arcas) y un Tema con Variaciones (dedicado a su hijo Antonio), en el año 1918, o sea cuando contaba 83 años de edad: todo lo dicho se conserva inédito y junto con una valiosa colección de obras para guitarra, están en poder del distinguido aficionado caballero D. Antonio Valler, hijo de aquél, gracias a cuya excesiva amabilidad y afecto pudimos consultar. D. Juan Valler Vilche falleció a la avanzada edad de 91 años, en la ciudad de Buenos Aires, el 26 de Sep•
tiembre de 1926.
Diccionario de Guitarristas. Domingo Prat (1934)