Bacán, Pedro (Pedro Peña) (España, 1951 - 1997)
PEDRO PEÑA PEÑA, Guitarrista, más conocido en el mundo del arte de la guitarra flamenca con el nombre artístico PEDRO BACÁN, nació en Lebrija (Sevilla) en el año de 1951, y murió en Utrera (Sevilla), en un accidente de coche en el 1997. Hijo de Bastián Bacán, de quién heredó el nombre artístico, hermano de Inés Bacán y primo de El Lebrijano y Pedro Peña.
Figura destacada en los festivales andaluces, ha acompañado el cante de las más significativas figuras en un gran número de grabaciones discográficas y ha interpretado las bandas sonoras de las películas Manuela y Desastre de la guerra de Marvin Albert. En 1980, fue el acompañante de Calixto Sánchez, ganador del concurso el Giraldillo del Cante de la Bienal de Arte Flamenco Ciudad de Sevilla; en este mismo año, la Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces, te otorgó el Premio Nacional de Guitarra flamenca.
El Departamento de Musicología de la Universidad de Washington, le nombró profesor especial invitado, en 1983, ofreciendo conciertos como solista en diversas universidades norteamericanas, teatros y en centros culturales. Entre los comentarios críticos que ha promovido su toque, transcribimos el siguiente: «Preciso en la ejecución porque sabe de los Misterios del flamenco y música mientras toca los tercios de las coplas; sabedor del camino completo, brillante en el dominio del instrumento, tanto en el pulgar que manda de arriba abajo persiguiendo el ritmo como en las escalas que suben y suben por las melodías».
En Lebrija. Pedro era el miembro más relevante del clan. No sólo como guitarrista, sino también como impulsor de un movimiento de recuperación del arte que se hacía en su casa y en las casas de sus parientes, y que él vivió desde niño. Consecuente con este objetivo creó y dirigió varios espectáculos teatrales cuyos intérpretes son mayoritariamente miembros de la familia, muchos de los cuales no habían subido jamás a un escenario. Su hermana Inés es un ejemplo. En este contexto hay que situar su grabación Noches gitanas de Lebrija. El guitarrista explicaba la filosofía de su propio arte: "La verdad flamenca la tienen los tiempos. La evolución natural del flamenco no está en sacar un disco todos los años. Hay grabaciones antiguas de Tomás Pavón haciendo de una soleá de Cádiz, una soleá nueva y natural y no una evolución intelectual. Todo el mundo está loco con lo último, sin pensar en la riqueza ni en que lo que hace al flamenco diferente a todas las músicas del mundo es el sentimiento. La calidad está en la profundidad. Buscando y complicando posibilidades melódicas nunca se ha llegado a más profundidad o sentimiento. Las familias han ido purificando esa música. La gente nueva tiene menos que ver con la base, que es el cante, y las familias cantaoras han sido la base de todo el flamenco".