“Tocaor” de guitarra flamenca, figura en la ejecución individual y en acompañamientos, por lo que llegó a ser muy solicitado para el cante y el baile. Fue muy aplaudido en toda España y sobre todo en Madrid, donde actuó largo tiempo. Fernando el de Triana incluye en su libro “Arte y Artistas Flamencos” (Madrid, 1935) una carta de Ballesteros, en la que se lee: “Me pides que diga algo de mi vida guitarrística para el gran libro que estais haciendo. (...) Yo nací en la tierra de los “primos”. Nada menos en el barrio de los chisperos, entre vino de Manzanilla y N.P.U., pues mis padres toda la vida tuvieron colmados y yo desde entonces, o mejor dicho, desde que tuve uso de razón, no oía más que hablar de cante, baile y toque flamenco, y de toros. Desde entonces me entró la afición a todas esas cosas, pues por allí desfilaron nada menos que los célebres Paco el de Lucena, Miguel Borrull (padre) y otros; y de cantaores los célebres Paco el Gandul, el Tuertecillo de Madrid (mi paisano), el Chato de Jerez, Don Antonio Chacón, la célebre Sarneta, La Trini, Paca Aguilera (con quien me unía gran amistad), el célebre Fosforito y posteriormente la gran Pastora, Niña de los Peines, que cada vez que la oígo me dan ganas de llorar de gusto, y el gran Manuel Torres, que era el amo.
También tuve amistad con el célebre Tomás el Papelista, etc., y de bailadores con los célebres Feos, y después Antoñito el de Bilbao, y el célebre Pichin, el Paquiro, el Estampio y otros como Perico y Monijongo (especialistas en la farruca); y cuando bailaban las reinas del baile, Juana la Macarrona, la Malena y la Salud Rodríguez (vestida de hombre) se le rompía a uno la ropa de gusto. Yo empecé en el Liceo Rius, que estaba en la calle Atocha. Allí se daban conciertos con todos esos artistas antes mencionados. Iba para aprender, y si hubiera tenido que dar dinero encima lo hubiera dado. Luego, ya de formalidad, y ganando un sueldo, toqué en Romea con la Paca Aguilera, que armó un alboroto con el cante de la célebre Trini; y también trabajaba entonces en ese teatro una niña que
llamaba la atención por la manera prodigiosa de tocar los palillos y por su forma de bailar. ¿Sabes quien era? Pues nada menos que antonia Marcé (La Argentina), que cada vez que viene arma una revolución. Se me olvidaba decirte que cuando niño empecé a aprender para cura. Figurate qué contraste; en un colmao, entre esa gente, y yo tocando la jabañá, meterme para decir misa. Sucedió lo que tenía que ser, que a los cuatro años me dejaron por imposible y desde entonces me dediqué a la guitarra y fue cuando trabajé con la Paca. Después he estado con varias artistas célebres, bailadoras. Todas me han querido y considerado como yo no me merecía, y ahora bien: con la que estoy que babeo de gusto por su manera de ser, por la gran amistad que nos une desde que tenía diez o doce años, por lo bien que se porta conmigo, por lo gran artista, y por ser la que me alegra cuando trabajo con ella, es la maravillosa Antonia Marcé (La Argentina).”
Francisco Herrera. Enciclopedia de la guitarra (2006)
Esta disponible en papel impreso, publicado por Piles, Editorial de Musica www.pilesmusic.com.
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Guitarrista del género andaluz, llamado flamenco. Nació en Madrid el 9 de Diciembre de 1876. El desempeño de este ejecutante español ha sido muy aplaudido en las ciudades de su país, particularmente en Madrid, donde actuó largo tiempo. Domina admirablemente todo el viariado repertorio del género que cultiva, y en el cual se ha erigido como uno de los más valiosos eiponeites, siendo muy solicitado por los "cantaores" flamenquinos, debido a sus personales condiciones que revela en las tarantas, cartageneras, fandanguillos y zapateados.
Diccionario de Guitarristas. Domingo Prat (1934)