ENRIQUE JIMÉNEZ RAMÍREZ, guitarrista gitano, nació en Marchena (Sevilla), el día 15 de julio del año de 1950, es más conocido artísticamente como ENRIQUE DE MELCHOR, por ser hijo del gran maestro de la guitarra Melchor de Marchena. Vivió en su pueblo natal hasta los doce años, en que se trasladó a Madrid. Su padre, el gran guitarrista Melchor de Marchena trabajaba entonces en el tablao flamenco de Manolo Caracol " Los Canasteros"; Enrique aprendió de él y con los Caracoles los secretos del acompañamiento guitarrístico del cante A los quince años debutó en dicho tablao, donde continuó actuando a lo largo de un lustro. En la clínica madrileña de La Luz, a consecuencia de un cáncer, murió ayer martes día 3 de enero del 2012.
Su primera grabación fue junto al insigne cantaor Antonio Mairena. El guitarrista paco de Lucia le pidió que actuasen juntos, durante años recorrieron el mundo dando conciertos. A los dieciocho años recibió el Premio Nacional de la Cátedra de Flamencología de Jerez y el Castillete de Oro de la Unión. Más tarde como integrante de "Torres Bermejas", acompaño a Camarón de la Isla, La Perla de Cádiz, Pansequito, El Turronero, Fosforito y otros artistas, grabando discos junto a Rocío Jurado, Chiquetete, El Lebrijano, El Fari, María Jiménez, José Menese, etc. Sin abandonar el acompañamiento, se dedica a componer y actuar como solista, no sólo en España, sino también en salas como el Queen Elizabeth Hall de Londres, Carnegie Hall de Nueva York, o en la O.N.U junto a Montserrat Caballé, José Carreras, José Menese y la Orquesta Nacional de España.
Heredó la sensibilidad hacia el cante y su maestría para acompañarlo. Pero hombre de hoy, del tiempo que le tocó vivir, se ha preocupado por conocer en profundidad las corrientes musicales que imperan en todo el mundo, de las que asimila lo que de una manera u otra conecta con su propia concepción de lo que hoy debe ser la música flamenca. Él mismo es el primero en decir que si el flamenco pierde su identidad de raíz no vale nada. Por tanto su música ni es arqueología, ya que no se limita a reproducir lo que hicieron sus predecesores en este difícil arte, ni se aleja del flamenco original. Transmite emociones y sentimientos propios de este tiempo, sobre una base de ortodoxia que nadie podrá cuestionarle. Empezó su carrera profesional, apenas adolescente, en esa escuela de cada día que es el tablao. Hoy, en plenitud creadora, es uno de los guitarristas más solicitados