Nació el 4 de Agosto de 1885, en Madrid. Trasladáronlo sus mayores, cuando contaba seis meses de edad, a la ciudad de Barcelona, donde a residido hasta la fecha. Hizo los estudios dé guitarra con el maestro Miguel Más, inscrito como alumno de la Escuela Municipal de Música, de Barcelona, y los de solfeo e ilustración superior, con Lamote de Grignon y Felipe Pedrell. Seguir los pasos guitarrísticos de Romea es francamente imposible. Su constante labor en la guitarra y por ella desarrollada en la ciudad condal, si no ha dado un fruto lisonjero, en cambio, podemos asegurar ha contribuído a impedir que llegase a olvidarse hasta la figura del instrumento: porque el pueblo catalán es reacio a la guitarra, no la siente, le tiene aversión, y aun más (lo decimos con profunda pena), la desprecia. Alfredo Romea es un luchador de temple concertista de valía crítico musical agudo y conferencista erudito. En todo se le aprecia y se le quiere, menos en determinado sector de ambiente guitarrístico que, en su mezquindad, muestra su propia ignorancia. Mientras unos dejan que se debilite el entusiasmo y otros emigran ( como el que suscribe) , en busca de mejores horizontes, Romea prosigue su labor abonando el terreno en la espera que un día surja un nuevo Segovia, un De la Maza, un Fortea, etc.
Sus audiciones le suceden y los artículos y trabajos literarios para la guitarra aparecen en revistas y diarios. Sus conferencias hallan eco como la realizada en el ' 'Orfeó Catalá '', el año 1923, dedicada a Sor, y 'que fué encomendada para la IV Conferencia-concierto por la Comisión del Centenario del Romanticismo. Intervinieron en aquel ciclo, personalidades como Amado Vives, Apeles Mestres, Baltasar Samper, Luis Millet, Federico Lliurat, Juan Llongueras, Jaime Pahissa, Juan Massia: Joaquín Pena, Vicente María de Gibert, el ''Trío Barcelona' ' (con R. Rives, M. Perelló y P. Marés) , Concepción Callao, Vallribera, Brünig y otros que se nos escapan de la memoria. Este acto realizado el 14-IV-1930 en el salón de actos de la Casa Lonja del Mar, fué interesantísimo desde el punto. de vista histórico guitarrístico. Como crítico musical, la amplitud de sus conceptos denota un noble consejero, y como periodista, recordaremos esta honrosa victoria: Finalizaba el año 1929 cuando apareció un artículo en ''El Noticiero Universal'', de Barcelona, firmado por A. Romea, en el cual exponía las necesidades que por falta de protección oficial sufría el Hospital Clínico.
La prosa de Romea, tan impregnada de humanidad, valió a aquel establecimiento benéfico ''un millón de pesetas'', ofrecidas por un lector de aquellas cuartillas. La revista ''Mundo Gráfico '', de Madrid (15-1-1930), al comentar dicho donativo decía lo siguiente: ''Alfredo Romea, a quien su éxito periodístico le coloca en primer plano, es uno de los más aventajados reporteros barceloneses y (ésto será , una sorpresa para muchos) un artistas eminente, uno de los mejores guitarristas españoles. Cuando, vencido por el ajetreo cotidiano, Romea se retira al hogar, allí se encierra en el estudio para dar satisfacción a su espíritu de artista con la sublimidad de la música. Toda la prosa de la vida se esfuma entonces ante la emoción que sus dedos arrancan a la guitarra''. Por su vasta cultura y por su valer como concertista de guitarra, Romea es uno de nuestros más abnegados y completos exponentes.
Diccionario de Guitarristas. Domingo Prat (1934)