Hijo de modesta familia de Castellón y nacido accidentalmente en Villarreal. Al año vuelven sus mayores a residir en la capital nombrada, donde el futuro gran artista pasa la mayoría de sus años. De niño, tuvo oportunidad de oír en distintas ocasiones al guitarrista ciego Manuel González, conocido popularmente por el "cego de la Marina", el cual tenía fama de célebre tocador de guitarra, sin rival en aquel entonces por la región valen ciana. Se entusiasmó tanto escuchándolo, que a los 11 años de edad decidió estudiar con él. Poco tiempo después, recibió lecciones de Félix Ponzoa y Cebrián, y, al tener oportunidad de asistir a un concierto de Arcas, dado en Castellón, su entusiasmo por el instrumento se acrecentó tan seriamente, que hizo lo posible por llegarse a la ciudad y ponerse bajo las enseñanzas de Julián Arcas. "La Ilustración Musical" (3-II-1884), lo da como discípulo de Arcas, con estas líneas: " ... Tárrega no es de aquellos que hemos citado, sino un artista en toda la ex tensión de la palabra, como que fué no sólo discípulo del célebre Arcas ... ", etc.
Hay quien, como el guitarrista Cimadevilla, nacido el año 1861 (ver), nos asegura que Tárrega tomó también lecciones de Tomás Damas. Por fin se trasladó a Barcelona y, aunque no consiguió estudiar con Arcas, posiblemente por no hallarse éste en la ciudad (su calidad de concertista lo llevaba por todas las provincias) fué favorecido por el conde de Parsent; quien, admirado de las grandes condiciones que demostraba Tárrega, aun con las escasas orientaciones musicales que tenía, lo ayudó, hasta que el gran guitarrista, luego de esfuerzos y estudios intensos logra hacerse un buen ejecutante, trasladándose a Valencia, donde acrecienta su estudio y da algunos conciertos que le reportan nombra día. En este lugar le sorprende la noticia de la muerte de su protector el conde de Parsent. Privado de tan necesaria ayuda, pasa al cercano pueblo de Burriana, ayudándose a vivir con algunas lecciones de guitarra que obtuvo, gracias a su creciente renombre. Su vida, desde entonces, es un esfuerzo constante, lleno de amarguras y peripecias que más tarde parecen dejar huella en su organismo. En este crítico período llega oportuna la amistad de D. Antonio Conesa, rico comerciante de la ciudad y gran admirador del guitarrista; Conesa le facilita los medios más indispensables y Tárrega se traslada a Madrid, donde, según Saldoni, "Diccionario de Músicos Españoles", pág. 336, tomo III, "En Octubre de 1874 fué matriculado como alumno de la Escuela Nacional de Músicaen la clase de solfeo, y en los concursos públicos de dicha enseñanza efectuados en Junio de 1875 obtuvo el primer premio, siendo discípulo del señor Gainza". (José Gainza Garamendi, prof. auxiliar del Conservatorio de Madrid, nombrado el 8-1-1870). En esta misma ciudad estudia el piano y la armonía con los profesores Miguel Galiana y Polques y Rafael Hernando, ambos catedráticos en armonía y composición.
Costó un poco al joven Tárrega decidirse entre los dos instrumentos que cultivaba; pero un oportuno concierto dado en Madrid y en el que tomaron parte eminentes artistas, lo decidió del todo por la guitarra, ya que había logrado imponerse esa noche como el triunfador de sí mismo, gracias a este instrumento. En Noviembre de 1878, en una reunión celebrada por la sociedad "Latorre", de Barcelona, ejecutó varias piezas muy aplaudidas, repitiendo su actuación en otro concierto con la brillantez que hasta esos tiempos jamás se había logrado.
Luego de sus triunfos por España, lucha tenazmente y consolida su fama, trasladándose en 1880 a París, donde se supone obtiene los mejores éxitos, pasando luego a Londres con iguales resultados,, Nuevamente en Barce lona, emprende una gira extensa por las grandes ciudades de la península, consagrándose como· el ejecutante guitarrista máximo que jamás se oyera en España, según anotan algunas crónicas. "Celebridades Musicales", de Fernando de Arteaga.
El mérito que tuvo Tárrega fué el de avivar el resurgimiento de la guitarra, iniciado en España por el P. Basilio, su discípulo Aguado, F. Sor ( el punto culminante de la composición guitarrística ), Arcas ( el más eximio ejecutante de su tiempo) , Viñas, los Brocá, Parga, Ferré y otros. Tárrega ha hecho de eslabón entre dos edades de la guitarra, y lo ha hecho con méritos indudables en la doble faz del ejecutante y del compositor. El fuerte impulso que dió al instrumento y el estado premusical en que se hallaban sus discípulos, hacía que todos le admiráramos con encanto franciscano, lo mismo el Preludio N. º 5 que la no muy adecuada Marcha de la ópera "Tanhauser", de Wagner. Pocos eran los que en esos años sabían y podían opinar seriamente sobre música, como los maestros Albéniz, Bretón, Chapí, etc. ; pero sobre guitarra nadie podía hacerlo con mérito suficiente, ni aun estos grandes maestros que eran desconocedores del instrumento, escuchando solamente unas pocas veces a Tárrega y subyugados por su gran arte de intérprete, por su emotividad y temperamento de artista nato. Así se explica que quienes rodeábamos al gran guitarrista, sin conocer como es natural lo que vale la literatura original de la guitarra, nos entusiasmáramos ante la ejecución de transcripciones que hoy tan mal efecto producen en su mayoría, sean o no de Tárrega. Eramos por consecuencia un auditorio ignorante, y justo es decirlo, el ejecutante también ignorante, ignorante de la gran literatura guitarrística de nuestro siglo de oro, de Sor, Diabelli, Coste, Carcassi, Giuliani, Legnani, Carulli, Regondi, Mertz y tantos otros que ya mucho antes enriquecieron el instrumento...)
(...La producción original de Tárrega, que se conoce publicada, alcanza a la cantidad de 25 obras y 9 Preludios; en conjunto, pues, suman 34 obras. Los que han recogido la especie de las 300 o más composiciones, pierdan las esperanzas de que salgan a publicidad. Esas obras, creadas por la fantasía de los irresponsables, jamás las ha escrito Tárrega; y lo digo con la autoridad que da el conocimiento y la amistad que con él tenía, aun siendo yo muy joven; y lo certifica el hecho de que, transcurrido un cuarto de siglo de su muerte, no se hayan aun publicado. Algunas composiciones fueron atribuídas a Tárrega y editadas con su nombre, siendo luego ejecutadas por sus discípulos en conciertos públicos, ignorantes hasta entonces de la verdadera paternidad de ellas. También el autor de este Diccionario ejecutó en un concierto dado en Buenos Aires, atribuyéndoselo a Tárrega, la Sonatina, estudio violinístico de Alard, y el Scherzo del guitarrista Tomás Damas, de su obra "Amor Paterno". De esta última fué identificada su paternidad por el estudioso Dr. Martín Ruiz Moreno, de Buenos Aires; el ejemplar lo conservo hoy en mi archivo particular donado por el Dr. Ruiz Moreno. Otra composición supuesta de Tárrega es Estudio, originalmente escrita para piano por Cramer, y que la distinguida concertista Josefina Robledo ejecutara como de Tárrega. Es inexplicable del todo la adjudicación de "Tango", publicada por la . casa Ildefonso Alier, de Madrid, despues del año 1920, y
que anteriormente, en las postrimerías del siglo viera la luz en Buenos Aires con el título de "Enríqueta" ( Habanera) , firmada por Carlos García Tolsa. Por el género de música, bien podría ser de este último y estimamos que no es ningún favor adjudicársela a Tárrega, por su falta de serios valores musicales. Esta pieza pudo haber llegado a Tárrega por dos conductos; o bien oyéndola a García Tolsa en España, antes de que éste viniera a América con la estudiantina "Fígaro", o recibiendo un ejemplar mandado desde Buenos Aires. De cualquiera manera, el
autor de este Diccionario, niega la paternidad de esta mala composición a uno y otro, ya que en muchas oportunidades, siendo pequeño, la ha oído deletrear en la guitarra a su padre. ¿Por qué no puede ser esta pieza del autor de "La Paloma", Sebastián lradier (1809-65), que compuso habaneras muy semejantes? Es de sentir que quienes tuvieron el honor de ser sus discípulos no se dediquen a estudiar si, en efecto, cosa que dudamos, algunas piezas son del maestro. Y es una lástima, porque dañan el valor del supuesto autor. Las obras que hasta hoy puede asegurarse fueron escritas por el que nos ocupa, son las siguientes:
1 Capricho Arabe.
2 Danza Mora.
3 Sueño (Trémolo) .
4 Recuerdos de la Alhambra (Trémolo) .
5 Gavota María.
6 Pavana.
7 Minueto (Pizzicatto).
8 Mazurca (en SOL).
9 Mazurca Marieta.
10 Mazurca Adelita.
11 Mazurca Sueño.
1 2 Jota Aragonesa.
13 Lágrima (Preludio).
14 Endecha (Preludio).
15 Oremus (Preludio).
16 La Alborada (Cajita de Música).
17 - La Mariposa (Estudio característico) .
18 Estudio en forma de Minueto.
19 Gran Vals.
20 Isabel Vals.
21 Las dos hermanitas (Vals).
22 Vals.
23 Danza Odalisca ..
24 Polca Rosita.
25 El Columpio.
y Nueve Preludios.
No incluimos "Cartageneras" ni "Malagueñas", porque no queremos adjudicar páginas tan detestables a quien por su espiritualidad es imposible cayese tan bajo musicalmente. Las obras de Tárrega son en su mayoría de un gusto exquisito, factura correcta y melódicas en general. Su música siempre canta y lo hace con fino sentimiento, sin acordes recargados, que las más de las veces son notas repetidas de la frase que se está desarrollando. Prudentes en la extensión, pecan a veces de excesiva brevedad. La Mazurca "Sueño" es muy inferior a las otras. El Preludio "Lágrima" fué editado por primera vez en Buenos Aires, en la visita que hiciera el hijo del guitarrista en 1914: tenía dos partes. Diez años más tarde se publica en esta misma ciudad con tres partes; algunos adjudicaron la paternidad de la inclusión al que subscribe; no creyéndose merecedor de tanto honor. En estos años vuelve a ser editada por la biblioteca Fortea, de Madrid (Daniel Fortea, discípulo de Tárrega), en sus partes completas, aunque no en el mismo orden, quedando demostrada la verdadera paternidad del autor de esta muy buena producción.
Los cuatro valses anotados son de escaso valor; dudoso es que Tárrega haya escrito "Danza Odalisca", y en cuanto a la "Polka Rosita", resulta ramplona y falta de valores musicales. Los 9 Preludios editados antes de su muerte, forman parte entre las mejores páginas de su literatura, en particular el No. 2, en el que asoma el rasgo armónico moderno, exquisitos son el 5, 1 y 7, y muy aceptables el 3 y el 4, los tres restantes de poco valor. "Endecha" (Preludio), fina frase musical, es revelante del espíritu del maestro en sus últimos años: es corta y de buen gusto, pero mal construida. Sus 8 primeros compases dan la pauta a seguir en el curso de su desarrollo, quedando trunco el fraseo. Si este preludio fuera publicado en vida de Tárrega, hubiéranle negado los músicos sus conocimientos armónicos; pero es el hecho que gente poco inteligente o escrupulosa los dió al público sin someterlos a una revisación por parte de cualquier entendido, cuando sólo eran apuntes y temas melódicos que el maestro sacaba al azar, guardándolos para futuras obras.
Tárrega no hubiera publicado nunca, porque entendía de composición, compases pergeñados al azar. Otro tanto decimos de los Preludios numerados 10, 11, 12, etc., numeración que en Buenos Aires le han acordado algunos maestros, y luego aparecidos en distintas publicaciones con otra nomenclatura. Estos no llegan a la categoría de Preludios, sólo son apuntes y frases del maestro, que es lástima no haya llegado a desarrollar.. En el párrafo que transcribimos de "Celebridades Musicales", de Arteaga, a su vez copiado de la revista "Castalia", se dice que Tárrega tiene 12 Estudios, que francamente lamentamos no conocer, pese a todo nuestro esfuerzo en tal sentido.. El barón de Alcahalí, en su libro "La Música en Valencia", pág. 416, cita entre las obras de Tárrega, "Concierto en La menor", que jamás se oyó nombrar ni tocar, al maestro, ni a sus discípulos. Es lástima que, sin querer, Tárrega haya creado admiradores que, llevados por la bondad del musico, en un momento admirativo, para elogiarlo, le endilgaran cosas que jamás ha hecho - (imperdonable defecto de la admiración es la exageración!)- Pero más lástima es aún, que los enterados entre sus alumnos, sabedores de cuál es la obra de su maestro, no pusieran las cosas en claro, dejando, en cambio, que persistan esas especies falsas y que autores de la seriedad del barón de Alcahalí y de Arteaga, en obras tan buscadas e importantes como las suyas, caigan en inconscientes faltas a la verdad...)
Seleccion de textos del Diccionario de Domingo Prat (1934). Para leer entrada completo Diccionario de guitarras, guitarristas y guitarreros