Biblioteca de la Guitarra y Cuerda Pulsada

Biblioteca de la Guitarra y Cuerda Pulsada

Tárrega, Francisco (España, 1852-1909)

Hijo  de  modesta  familia  de  Castellón  y  nacido  acciden­talmente  en  Villarreal.  Al  año  vuelven  sus  mayores  a residir  en  la  capital  nombrada,  donde  el  futuro  gran  ar­tista  pasa  la  mayoría  de  sus  años.  De  niño,  tuvo  oportu­nidad  de  oír  en  distintas  ocasiones  al  guitarrista  ciego Manuel  González,  conocido  popularmente  por  el  "cego  de la  Marina",  el  cual  tenía  fama  de  célebre  tocador  de guitarra,  sin  rival  en  aquel  entonces  por  la  región  valen­ ciana.  Se  entusiasmó  tanto  escuchándolo,  que  a  los  11 años  de  edad  decidió  estudiar  con  él.  Poco  tiempo  des­pués,  recibió  lecciones  de  Félix  Ponzoa  y  Cebrián,  y,  al tener  oportunidad  de  asistir  a  un  concierto  de  Arcas,  dado en  Castellón,  su  entusiasmo  por  el  instrumento  se  acre­centó  tan  seriamente,  que  hizo  lo  posible  por  llegarse  a  la ciudad  y  ponerse  bajo  las  enseñanzas  de  Julián  Arcas. "La  Ilustración  Musical"  (3-II-1884),  lo  da  como  discí­pulo  de  Arcas,  con  estas  líneas:  "  ...  Tárrega  no  es  de aquellos  que  hemos  citado,  sino  un  artista  en  toda  la  ex­ tensión  de  la  palabra,  como  que  fué  no  sólo  discípulo  del célebre  Arcas  ...  ",  etc. 

Hay  quien,  como  el  guitarrista Cimadevilla,  nacido  el  año  1861  (ver),  nos  asegura  que Tárrega  tomó  también  lecciones  de  Tomás  Damas.  Por fin  se  trasladó  a  Barcelona  y,  aunque  no  consiguió  estu­diar  con  Arcas, posiblemente  por  no  hallarse  éste  en  la ciudad (su  calidad  de  concertista  lo  llevaba  por  todas las  provincias) fué  favorecido  por  el  conde  de  Parsent; quien,  admirado  de  las  grandes  condiciones  que  demostra­ba  Tárrega,  aun  con  las  escasas  orientaciones  musicales que  tenía,  lo  ayudó,  hasta  que  el  gran  guitarrista,  luego de  esfuerzos  y  estudios  intensos  logra  hacerse  un  buen  eje­cutante,  trasladándose  a  Valencia,  donde  acrecienta  su estudio  y  da  algunos  conciertos  que  le  reportan  nombra­ día.  En  este  lugar  le  sorprende  la  noticia  de  la  muerte de  su  protector  el  conde  de  Parsent.  Privado  de  tan  ne­cesaria  ayuda,  pasa  al  cercano  pueblo  de  Burriana,  ayu­dándose  a  vivir  con  algunas  lecciones  de  guitarra  que obtuvo,  gracias  a  su  creciente  renombre.  Su  vida,  desde entonces,  es  un  esfuerzo  constante,  lleno  de  amarguras  y peripecias  que  más  tarde  parecen  dejar  huella  en  su  orga­nismo.  En  este  crítico  período  llega  oportuna  la  amistad de  D. Antonio  Conesa,  rico  comerciante  de  la  ciudad  y gran  admirador  del  guitarrista;  Conesa  le  facilita  los  medios  más  indispensables  y  Tárrega  se  traslada  a  Madrid, donde,  según  Saldoni,  "Diccionario  de  Músicos  Españo­les",  pág. 336,  tomo  III,  "En  Octubre  de  1874  fué  matri­culado  como  alumno  de  la  Escuela  Nacional  de  Músicaen  la  clase  de  solfeo,  y  en  los  concursos  públicos  de  dicha enseñanza  efectuados  en  Junio  de  1875  obtuvo  el  primer premio,  siendo  discípulo  del  señor  Gainza".  (José  Gainza Garamendi,  prof.  auxiliar  del  Conservatorio  de  Madrid, nombrado  el  8-1-1870). En  esta  misma  ciudad  estudia  el piano  y  la  armonía  con  los  profesores  Miguel Galiana  y Polques  y  Rafael  Hernando,  ambos  catedráticos  en  armonía  y  composición. 

Costó  un  poco  al  joven  Tárrega  de­cidirse  entre  los  dos  instrumentos  que  cultivaba;  pero  un oportuno  concierto  dado  en  Madrid  y  en  el  que  tomaron parte  eminentes  artistas,  lo  decidió  del  todo  por  la  gui­tarra,  ya  que  había  logrado  imponerse  esa  noche  como el  triunfador  de  sí  mismo,  gracias  a  este  instrumento.  En Noviembre  de  1878,  en  una  reunión  celebrada  por  la  so­ciedad  "Latorre",  de  Barcelona,  ejecutó  varias  piezas  muy aplaudidas,  repitiendo  su  actuación  en  otro  concierto  con la  brillantez  que  hasta  esos  tiempos  jamás  se  había  lo­grado.

Luego  de  sus  triunfos  por  España,  lucha tenazmente  y  consolida  su  fama,  trasladándose  en  1880  a París,  donde  se  supone  obtiene  los  mejores  éxitos,  pasando luego  a  Londres  con  iguales  resultados,,  Nuevamente  en  Barce­ lona,  emprende  una  gira  extensa  por  las  grandes  ciuda­des  de  la  península,  consagrándose  como·  el  ejecutante guitarrista  máximo  que  jamás  se  oyera  en  España,  según anotan  algunas  crónicas.  "Celebridades  Musicales",  de Fernando  de  Arteaga.

El  mérito  que  tuvo  Tárrega  fué el  de  avivar  el  resurgimiento  de  la  guitarra,  iniciado  en España  por  el  P.  Basilio,  su  discípulo  Aguado,  F.  Sor (  el  punto  culminante  de  la  composición  guitarrística ),  Arcas  (  el  más  eximio  ejecutante  de  su  tiempo) ,  Viñas,  los Brocá,  Parga,  Ferré  y  otros. Tárrega  ha  hecho  de  eslabón entre dos  edades  de  la  guitarra,  y  lo  ha  hecho  con  méri­tos  indudables  en  la  doble  faz  del  ejecutante  y  del  com­positor.  El  fuerte  impulso  que  dió  al  instrumento  y  el estado  premusical  en  que  se  hallaban  sus  discípulos,  hacía que  todos  le  admiráramos  con  encanto  franciscano,  lo mismo  el  Preludio  N. º  5  que  la  no  muy  adecuada  Marcha de  la  ópera  "Tanhauser",  de  Wagner. Pocos  eran  los que  en  esos  años  sabían  y  podían  opinar  seriamente  sobre música,  como  los  maestros  Albéniz,  Bretón,  Chapí,  etc. ; pero  sobre  guitarra  nadie  podía  hacerlo  con  mérito  sufi­ciente,  ni  aun  estos  grandes  maestros  que  eran  descono­cedores  del  instrumento,  escuchando  solamente  unas  pocas veces  a  Tárrega  y  subyugados  por  su  gran  arte  de  in­térprete,  por  su  emotividad  y  temperamento  de  artista nato.  Así  se  explica  que  quienes  rodeábamos  al  gran guitarrista,  sin  conocer  como  es  natural  lo  que  vale  la literatura  original  de  la  guitarra,  nos  entusiasmáramos ante  la  ejecución  de  transcripciones  que  hoy  tan  mal  efec­to  producen  en  su  mayoría,  sean  o  no  de  Tárrega.  Era­mos  por  consecuencia  un  auditorio  ignorante,  y  justo  es decirlo,  el  ejecutante  también  ignorante,  ignorante  de  la gran  literatura  guitarrística  de  nuestro  siglo  de  oro,  de Sor,  Diabelli,  Coste,  Carcassi,  Giuliani,  Legnani,  Carulli, Regondi,  Mertz  y  tantos  otros  que  ya  mucho  antes  enri­quecieron  el  instrumento...)

 

(...La producción original de Tárrega, que se conoce publicada, alcanza a la cantidad de 25 obras y 9 Preludios; en conjunto, pues, suman 34 obras. Los que han recogido la especie de las 300 o más composiciones, pierdan las esperanzas de que salgan a publicidad. Esas obras, creadas por la fantasía de los irresponsables, jamás las ha escrito Tárrega; y lo digo con la autoridad que da el conocimiento y la amistad que con él tenía, aun siendo yo muy joven; y lo certifica el hecho de que, transcurrido un cuarto de siglo de su muerte, no se hayan aun publicado. Algunas composiciones fueron atribuídas a Tárrega y editadas con su nombre, siendo luego ejecutadas por sus discípulos en conciertos públicos, ignorantes hasta entonces de la verdadera paternidad de ellas. También el autor de este Diccionario ejecutó en un concierto dado en Buenos Aires, atribuyéndoselo a Tá­rrega, la Sonatina, estudio violinístico de Alard, y el Scherzo del guitarrista Tomás Damas, de su obra "Amor Paterno". De esta última fué identificada su paternidad por el estudioso  Dr. Martín Ruiz Moreno, de Buenos Aires; el ejemplar lo conservo hoy en mi archivo particular donado por el Dr. Ruiz Moreno. Otra composición supuesta de Tárrega es Estudio, originalmente escrita para piano por Cramer, y que la distinguida concertista Josefina Robledo ejecutara como de Tárrega. Es inexplicable del todo la adjudicación de "Tango", publicada por la . casa Ildefonso Alier, de Madrid, despues del año 1920, y
que anteriormente, en las postrimerías del siglo viera la luz en Buenos Aires con el título de "Enríqueta" ( Habanera) , firmada por Carlos García Tolsa. Por el género de música, bien podría ser de este último y estimamos
que no es ningún favor adjudicársela a Tárrega, por su falta de serios valores musicales. Esta pieza pudo haber llegado a Tárrega por dos conductos; o bien oyéndola a García Tolsa en España, antes de que éste viniera a Amé­rica con la estudiantina "Fígaro", o recibiendo un ejemplar mandado desde Buenos Aires. De cualquiera manera, el
autor de este Diccionario, niega la paternidad de esta mala composición a uno y otro, ya que en muchas oportunidades, siendo pequeño, la ha oído deletrear en la guitarra a su padre. ¿Por qué no puede ser esta pieza del autor de "La Paloma", Sebastián lradier (1809-65), que compuso habaneras muy semejantes? Es de sentir que quienes tuvieron el honor de ser sus discípulos no se dediquen a estudiar si, en efecto, cosa que dudamos, algunas piezas son del maestro. Y es una lástima, porque dañan el valor del supuesto autor. Las obras que hasta hoy puede asegurarse fueron escritas por el que nos ocupa, son las siguientes:

1 Capricho Arabe.
2 Danza Mora.
3 Sueño (Trémolo) .
4 Recuerdos de la Alhambra (Trémolo) .
5 Gavota María.
6 Pavana.
7 Minueto (Pizzicatto).
8 Mazurca (en SOL).
9 Mazurca Marieta.
10 Mazurca Adelita.
11 Mazurca Sueño.
1 2 Jota Aragonesa.
13 Lágrima (Preludio).
14 Endecha (Preludio).
15 Oremus (Preludio).
16 La Alborada (Cajita de Música).
17 - La Mariposa (Estudio característico) .
18 Estudio en forma de Minueto.
19 Gran Vals.
20 Isabel Vals.
21 Las dos hermanitas (Vals).
22 Vals.
23 Danza Odalisca ..
24 Polca Rosita.
25 El Columpio.
y Nueve Preludios.

No incluimos "Cartageneras" ni "Malagueñas", porque no queremos adjudicar páginas tan detestables a quien por su espiritualidad es imposible cayese tan bajo musicalmente. Las obras de Tárrega son en su mayoría de un gusto exquisito, factura correcta y melódicas en general. Su música siempre canta y lo hace con fino sentimiento, sin acordes recargados, que las más de las veces son notas repetidas de la frase que se está desarrollando. Prudentes en la extensión, pecan a veces de excesiva brevedad. La Mazurca "Sueño" es muy inferior a las otras. El Preludio "Lágrima" fué editado por primera vez en Buenos Aires, en la visita que hiciera el hijo del guitarrista en 1914: tenía dos partes. Diez años más tarde se publica en esta misma ciudad con tres partes; algunos adjudicaron la paternidad de la inclusión al que subscribe; no creyéndose merecedor de tanto honor. En estos años vuelve a ser editada por la biblioteca Fortea, de Madrid (Daniel Fortea, discípulo de Tárrega), en sus partes completas, aunque no en el mismo orden, quedando demostrada la verdadera paternidad del autor de esta muy buena producción.

Los cuatro valses anotados son de escaso valor; dudoso es que Tárrega haya escrito "Danza Odalisca", y en cuanto a la "Polka Rosita", resulta ramplona y falta de valores musicales. Los 9 Preludios editados antes de su muerte, forman parte entre las mejores páginas de su literatura, en particular el No. 2, en el que asoma el rasgo armónico moderno, exquisitos son el 5, 1 y 7, y muy aceptables el 3 y el 4,  los tres restantes de poco valor. "Endecha" (Preludio), fina frase musical, es revelante del espíritu del maestro en sus últimos años: es corta y de buen gusto, pero mal construida. Sus 8 primeros compases dan la pauta a seguir en el curso de su desarrollo, quedando trunco el fraseo. Si este preludio fuera publicado en vida de Tárrega, hubiéranle negado los músicos sus conocimientos armónicos; pero es el hecho que gente poco inteligente o escrupulosa los dió al público sin someterlos a una revisación por parte de cualquier entendido, cuando sólo eran apuntes y temas melódicos que el maestro sacaba al azar, guardándolos para futuras obras.

Tárrega no hubiera publicado nunca, porque entendía de composición, compases pergeñados al azar. Otro tanto decimos de los Preludios numerados 10, 11, 12, etc., numeración que en Buenos Aires le han acordado algunos maestros, y luego aparecidos en distintas publicaciones con otra nomenclatura. Estos no llegan a la categoría de Preludios, sólo son apuntes y frases del maestro, que es lástima no haya llegado a desarrollar.. En el párrafo que transcribimos de "Celebridades Musicales", de Arteaga, a su vez copiado de la revista "Castalia", se dice que Tárrega tiene 12 Estudios, que francamente lamentamos no conocer, pese a todo nuestro esfuerzo en tal sentido.. El barón de Alcahalí, en su libro "La Música en Valencia", pág. 416, cita entre las obras de Tárrega, "Concierto en La menor", que jamás se oyó nombrar ni tocar, al maestro, ni a sus discípulos. Es lástima que, sin querer, Tárrega haya creado admiradores que, llevados por la bondad del musico, en un momento admirativo, para elogiarlo, le endilgaran cosas que jamás ha hecho - (imperdonable defecto de la admiración es la exageración!)- Pero más lástima es aún, que los enterados entre sus alumnos, sabedores de cuál es la obra de su maestro, no pusieran las cosas en claro, dejando, en cambio, que persistan esas especies falsas y que autores de la seriedad del barón de Alcahalí y de Arteaga, en obras tan buscadas e importantes como las suyas, caigan en inconscientes faltas a la verdad...)
 

 

Seleccion de textos del  Diccionario  de Domingo Prat  (1934). Para leer entrada completo Diccionario de guitarras, guitarristas y guitarreros

 

 

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